Ignacio Fernández Vera: de investigado por hacienda a la gerencia del CNIO

Recientemente Ignacio Fernández Vera tuvo que dimitir de su cargo como director de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología —de ahora en adelante FECYT—. ¿El motivo? A pesar de que solo alegó razones personales, a nadie se le escapa que hacienda lo está investigando por haber gastado en dos años 22.000€ de los fondos públicos de la FECYT en coches privados con chófer para su desplazamiento personal [1]. Entre los datos más escandalosos, están gastos de 600€ en un solo día y por un único trayecto que, en tren, puede costar unos 30€. Otro de esos viajes se realizó a un acto político de un amigo personal de Jose Ignacio [2]. Además, por si fuera poco y tal cual indicamos en esta revista, José Ignacio Fernández cobraba al mes 7.250€ por su dirección de la FECYT, es decir, más que el presidente de España [3].

Por todo esto, no fue de extrañar que Ignacio Fernández Vera dimitiera hace unas semanas. Y lo que debería ser una historia para la reflexión y tomarse como un ejemplo de las conductas poco éticas que hay que eliminar de nuestro sistema de I+D+i, se ha convertido, paradójicamente, en una vuelta de tuerca más. Y es que Ignacio Fernandez Vera, que está vinculado políticamente al Partido Popular, acaba de entrar al servicio del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas —de ahora en adelante CNIO—, donde formará parte de la Unidad de Gabinete de Gerencia del CNIO [5], justo en la misma semana que el centro estuvo a punto de perder a 87 científicos y se ha visto en una situación extremadamente delicada en cuanto a las contrataciones que se pueden hacer debido a la tasa de reposición y a la nueva Ley de la Ciencia [6].

Ahora bien, ¿quién es José Ignacio Fernández Vera?, ¿es alguien tan valioso como para destinarlo a la gerencia de un centro de investigación a pesar de estar inmerso en investigaciones graves? De formación abogado, José Ignacio no tuvo estudios ni trabajo relacionados con el mundo de la ciencia o la investigación hasta que, dos años después de licenciarse y con 26 años, fue nombrado director de la Oficina de Transferencia de Resultados de la Investigación de la Universidad de Salamanca (OTRI). Por otro lado, José Ignacio ha nadado siempre en ese terreno mixto y difuso entre la política y lo público, siendo vocal de la comisión provincial del Partido Popular, del cual ya fue gerente provincial y vicesecretario del área juvenil. A partir de ahí realizó diversos papeles en política, hasta que fue designado Director de Apoyo a la Investigación del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), centro en el cual ha sido recolocado después de su dimisión. Ahora bien, alguien podría pensar que si ha regresado a su antiguo puesto habrá sido porque su gestión fue excelente. Veamos si es cierto.

El CNIO

José Ignacio Fernández realizó la labor de Director de Apoyo a la Investigación del CNIO desde mayo de 2004 a junio de 2011 (7 años 2 meses) y de Director de la Oficina de Enlace desde julio de 2009 a enero de 2012 (2 años 7 meses). Ahora bien, es de sobra conocido que el CNIO, debido a problemas en la gestión, padeció una crisis institucional entre 2012 y 2013 que terminó en el despido de una treintena de trabajadores, algunos de ellos científicos altamente cualificados, además de recortes tremendos a las líneas de investigación —muchas de ellas con sello de excelencia—. ¿Cuáles fueron las causas?

Un borrador interno del centro elaborado en aquella época ya presentaba una realidad alarmante: el déficit económico de la institución era de 9,4 millones de euros. Además, el centro se veía asfixiado por préstamos, y tal cual denunciaba el presidente de su comité científico, Joan Massagué, la dirección científica tenía fuertes enfrentamientos con los responsables de la gestión económica, sobre todo para dirimir las culpas.

La dirección económica del centro, representada por Juan Arroyo, tenía dos adjuntos, Jesús Hernández Carabias y José Ignacio Fernández Vera. El primero terminó formando parte del equipo del ministro de economía, Luis de Guindos, y como ya sabemos, José Ignacio Fernández fue reubicado en la FECYT. Después de la investigación por uso indebido de fondos públicos, José Ignacio ha regresado de nuevo al CNIO, que ahora se encuentra en medio de otra crisis que, como hemos explicado antes, casi termina con el trabajo de 87 científicos.

Conclusión

De toda esta historia queda un sabor amargo. La ciencia y el desarrollo técnico no solo juegan un papel importante en la economía de un país, sino que los adelantos que se hagan en centros como el CNIO serán la base para salvar vidas y mejorar nuestra comprensión de la naturaleza. Los científicos dedican su vida a esa idea, y su recompensa es tener sueldos precarios y una baja estabilidad laboral. Y mientras que cientos de científicos altamente cualificados han tenido que vivir meses oscuros, sin saber si podrían seguir trabajando en España —con todo lo que supone tener que cambiar de país cuando tienes una familia—, vemos que los responsables políticos de los mismos centros donde se viven todas esas injusticias, tienen salarios inauditos, un prestigio desmedido y, además, cuando Hacienda los investiga por utilizar en su beneficio personal el dinero público para la ciencia, esas personas vuelven a ser colocadas en los mismos centros de investigación que han ayudado a llevar a la ruina.

Referencias

[1] Dinero en coches privados

[2] Política

[3] Sueldo FECYT

[4] Dimisión

[5] De nuevo en el CNIO

[6] 87 investigadores

 

 

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