Escrito por Francisco Javier Sánchez Manzano, El día azul de la venganza es un thriller ambientado en la España pandémica de estos días que corren. Allí, un escritor sin éxito decide poner distancia de por medio e irse al pueblo de su infancia, donde el silencio le permita olvidar que otro escritor, esta vez con más éxito, acaba de ganar un prestigioso premio literario —acompañado de una prestigiosa suma de dinero— por un libro cuyo personaje principal, en realidad, está plagiado de un libro de nuestro protagonista. En resumen, la narración tiene un ritmo trepidante y se lee con facilidad, con esas ganas de avanzar en la historia y descubrir qué ocurrirá con nuestro protagonista, que es sin lugar a dudas una de sus bazas más fuertes. Una historia donde los puntos que unen el pasado y el presente se irán acercando cada vez más, sin comerlo ni beberlo. Totalmente recomendable [1].
Y si os estamos hablando aquí de este libro, tiene una explicación. Como ya hemos dicho alguna que otra vez en esta revista [2], la frontera que separa la ciencia ficción de la realidad es difusa. Por ejemplo, nadie dudaría en calificar 1984 (George Orwell, 1949) como un libro del género distópico-futurista. Ahora bien, imaginemos que un sistema político como el descrito por Orwell se llegara a instaurar, ¿cómo clasificaríamos a ese libro? Esto ha ocurrido, por ejemplo, con famosos libros de Julio Verne, con dos ejemplos claros, 20 000 leguas de viaje submarino (Julio Verne, 1870) y De la Tierra a la Luna (Julio Verne, 1865). En estos dos libros, la ciencia ficción consiste en imaginar máquina capaz de viajar por debajo del mar y, en el segundo caso, otra máquina capaz de viajar a la Luna. En ambos libros la realidad acabó superando a la ficción, y hoy en día difícilmente podemos englobar ambas obras como novela de anticipación. Se han convertido, sencillamente, en novelas de aventuras completamente plausibles con la tecnología actual. En resumidas cuentas, a algunos libros les alcanza la realidad más pronto que a otros, y para un lector del pasado, cualquier libro ambientado en el presente le habría parecido igual de loco que las novelas en las que aparecían submarinos o naves espaciales.
El día azul de la venganza es hijo de su tiempo. Ningún libro de los que se escriban de aquí en adelante podrá obviar que un día hubo una pandemia que paralizó al mundo y mató a cientos de miles de personas. Ya sea como parte principal del argumento, o como el ambiente en el cual transcurre la obra. Y no es que no haya novelas ambientadas en pandemias del pasado, pero hasta nuestros días, cualquier historia ambientada en el presente donde una pandemia desconocida para la ciencia hacía su aparición, era considerada ciencia ficción [3]. Ahora, sencillamente, es la realidad.
Las novelas son un reflejo del espíritu de su tiempo, lo que los alemanes llamaron Zeitgeist, que viene a resumirse en el clima intelectual y cultural de esa época. Y en tiempos de revisionismo histórico falaz donde la gente pretende que los personajes de la historia se comporten con valores modernos [4], no está de más recordar que cuando la realidad nos alcanza, cambia nuestra modo de medirlo todo, incluso las fronteras de lo que consideramos plausible o real.
[1] Enlace al libro
[2] La frontera de la ciencia ficción con la ficción tecnológica – ULUM
[3] La ciencia de los videojuegos: The last of us – ULUM
[4] Nazis y revisionismo: los nombres de la ciencia – ULUM
Fernando Cervera Rodríguez es licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad de Valencia, donde también realizó un máster en Aproximaciones Moleculares en Ciencias de la Salud. Su labor investigadora ha estado centrada en aspectos ligados a la biología molecular y la salud humana. Ha escrito contenidos para varias plataformas y es redactor de la Revista Plaza y de Muy Interesante. Ha sido finalista del premio nacional Boehringer al periodismo sanitario y ganador del Premio Literario a la Divulgación Científica de la Ciutat de Benicarló en el año 2022. También ha publicado un libro con la Editorial Laetoli, que trata sobre escepticismo, estafas biomédicas y pseudociencias en general. El libro se titula “El arte de vender mierda”, y otro con la editorial Círculo Rojo y titulado “A favor de la experimentación animal”. Además, es miembro fundador de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas.