Pórtico, de Frederik Pohl: reseña literaria

Texto escrito por Fernando Cervera

Las sociedades enfermas exprimen a los aventureros como si fueran granos de uva. Los granos de uva no tienen gran cosa que decir sobre ello. Supongo que ocurrió lo mismo con los marineros de Colón o los pioneros que atravesaron el territorio comanche con sus carretas; debían de ser unos necios asustados, como yo, pero no tenían alternativa. Como yo. Pero, Dios de los cielos, qué asustado estaba yo . . .

Frederik Pohl, Pórtico

Pongámonos en situación: en un futuro no muy lejano la humanidad descubre una base espacial alienígena aparentemente abandonada, y todo ello dentro de nuestro sistema solar. Los seres humanos denominan a esos extraterrestres Los Heechee. No obstante no saben cómo eran, su idioma, cómo se comunicaban o lo más importante: por qué no están allí. Tras de sí esta especie dejó tecnología que los humanos investigan para avanzar en el conocimiento y la ciencia. Y es aquí donde Pórtico, la misteriosa base espacial alienígena, entra en juego. Allí se descubren antiguas naves interestelares que nadie sabe cómo funcionan ni qué combustible gastan, pero que aún pueden viajar. Y no solo eso, ¡sino que además las naves tienen piloto automático! Y claro, en un mundo superpoblado y empobrecido donde sobran personas, a alguien se le ocurre la idea de permitir a la gente ir a planetas desconocidos para ver qué pueden traer o encontrar. Vamos, los exploradores del futuro. Y como todo acto de exploración entraña un riesgo, muchos de ellos morirán o desaparecerán en el proceso. En este contexto seguiremos las aventuras de uno de esos exploradores, Robinette Broadhead, a través de sus conversaciones con un robot psicoanalista.

Frederik Pohl nos adentra en este magnífico mundo desde una perspectiva realista con personajes profundos de trasfondo mental complejo, todo un lujo. Esta novela fue escrita en 1977 y asombra por su capacidad de imaginar un futuro tecnológicamente diferente al que vivió su autor. Además de todo esto fue la primera novela que obtuvo de forma conjunta los premios Hugo, Nébula y John W. Campbell Memorial, los tres premios más importantes de la ciencia ficción. Y es que Pohl nos presenta en Pórtico un libro muy distinto a las historias de ciencia ficción de su época, con situaciones y maneras de narrar altamente innovadoras, se mire como se mire. El autor también nos transporta a una sociedad decadente donde la mercantilización de la exploración la ha alejado de su labor pionera, acercándola más a una cuestión puramente económica para sus artífices, donde algunos desesperados y parias de la Tierra (u otros mundos) se la juegan día tras días por un puñado de dólares. Desde un punto de vista sociológico, aunque no se habla mucho sobre las causas de la decadencia de la sociedad capitalista, sí que nos adentramos no solamente en un ejercicio de ciencia ficción de calidad, sino también en un buen ejercicio de descripción social.

Si después de todo esto no queda claro lo mucho que me gustó Pórtico, añadiré desde el terreno personal que cuando me senté a leerlo por primera vez esa magia que te atrapa en una historia se desplegó. Pórtico no es solamente uno de los mejores libros de un pionero de la ciencia ficción moderna, sino también un ejercicio de imaginación, entretenimiento, humor y buena literatura. Os animo a que os subáis a la nave, enchuféis el piloto automático y os dejéis llevar; el viaje merecerá la pena.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *