En los universos cinematográficos a veces un «adiós» es un «hasta pronto». Así nos lo ha confirmado el inesperado regreso de Matrix, contando con su elenco original, es decir, con Keanu Reeves y Carrie-Anne Moss como Neo y Trinity. Y si bien Laurence Fishburne no volverá como Morfeo, lo que sí sabemos es que Lilly Wachowski no volverá a la dirección por estar de retiro profesional. Esta vez, su hermana Lana —que también dirigió la película original— será la encargada del regreso.
Ahora bien, puede que si has visto las tres películas previas, tengas dudas de qué está sucediendo aquí. Y si no las has visto es hora de que dejes de leer este artículo, pues vienen los spoilers. Vamos allá.
La gran pregunta es: si Neo y Trinity murieron al final de The Matrix Revolutions, ¿cómo puede continuar la historia 16 años después? Ya sea porque formaba parte del plan desde el principio, o porque no han vuelto a tener un taquillazo como el que dieron con Matrix, la realidad es que habrá cuarta entrega, así que, ¿cómo podemos explicarlo? Aquí van cuatro teorías que nos hemos inventado para entretenerte.
La teoría de la matrioshka
Si bien Matrix pasó a la historia como una de las películas más espectaculares de la ciencia ficción de su época, lo cierto es que sus bases en cuanto a ciencia nunca fueron muy sólidas. Para empezar, toda la justificación de por qué las maquinas esclavizan a los humanos no tiene sentido. Si lo recuerdas, básicamente utilizaban los cuerpos humanos para extraer energía a partir de su calor. La cuestión es que, para mantener un cuerpo humano, se requiere más energía de la que desprende. Es decir, un cuerpo humano jamás podría ser un generador de electricidad, sino todo lo contrario. Además, los humanos necesitan comer, ¿cómo producían alimento las máquinas en ausencia de energía solar? Estas preguntas carecían de respuesta porque se consideran un error argumental.
Ahora bien, supongamos que el loco plan energético de las máquinas pudiera funcionar, ¿por qué necesitaban Matrix? Teóricamente, toda la farsa organizada en el mundo digital servía para mantener a los humanos en una animación suspendida mientras vivían vidas ficticias en otro lugar. Pero ¿no podrían haberse ahorrado millones de euros (o matrixmonedas) sedándolos y manteniéndolos en coma, como se hace en los hospitales? ¿O dañándoles el cerebro para que no fueran conscientes? O mejor aún, ¿por qué no usar vacas? Al fin y al cabo, una Matrix con vacas sería una eterna pradera más fácil de gobernar, con la ventaja de ahorrarte rebeliones humanas cada pocos cientos de años. Además, las vacas tienen más masa que un humano, por lo que producen más calor. Estas cuestiones, si bien no son un fallo garrafal, están cerca de serlo. Y aunque intentaron responder algunas de estas preguntas en los cortos animados de The Animatrix (2003), las supuestas respuestas solo abrían más interrogantes que complicaban aún más la situación.
Otro punto de conflicto entre las sagas es que en la primera película Neo tenía poderes en Matrix, pero no en la vida real. Ahora bien, en la segunda película Neo descubre que también tiene poderes en el mundo real, cosa que es físicamente imposible a no ser que abandonemos los terrenos de la ciencia ficción para adentrarnos en la fantasía. Pero la cosa iba a más en la tercera película, donde esos poderes casi parecen los de un dios. Así que allá va. ¿No sería plausible que, en realidad, no sean errores y que el mundo real también sea Matrix?
Tal vez haya una razón más profunda para crear Matrix que la estupidez de sacar energía. De hecho, es posible que no existan los humanos y todos sean programas en una simulación que va mucho más allá. Y esto sería extensible a la humanidad en su conjunto, es decir, tal vez el mensaje de los hermanos Wachowski sea que no existimos y somos programas informáticos en el ordenador de una cosa inteligente muy por encima de nuestra comprensión. Básicamente, seríamos sueños que creen que sueñan.
Pero, dejando este extremo a un lado, puede que sí existan humanos en un mundo real superior a todo lo que hemos visto hasta ahora en Matrix. Es decir, una simulación dentro de una simulación, como si de una matrioshka se tratara. Lo que estarían por presentarnos ahora sería ese mundo real.
Esto explicaría por qué Neo y Trinity están vivos: los programas informáticos, igual que se borran, pueden volver a escribirse o rescatarse de la papelera. Tal vez en la nueva película de Matrix sus personajes están de nuevo entre nosotros porque nunca se fueron, pues su muerte no ocurrió en el mundo real. Si esto fuera así, todos los errores vistos hasta ahora podrían explicarse.
La revolución de los clones
Otra teoría que podría explicar por qué estamos frente a una nueva película de Matrix sería que, en realidad, los personajes que vamos a ver serían clones de sus originales. En esta teoría no hay una simulación dentro de una simulación y los errores son, de hecho, errores. Entonces, ¿cómo volverían nuestros héroes?
Al fin y al cabo, si Neo y Trinity nacieron en Matrix, no sería tan descabellado que fueran clones y que hubiera versiones previas de ellos mismos. Puede que volvamos a verles porque les han clonado y les hayan grabado recuerdos previos. Lo cual nos llevaría a los terrenos de Philip K. Dick, cuya obra de ciencia ficción siempre giró en torno a una obsesión, ¿y si en realidad nuestros recuerdos no son reales? ¿Y si han sido implantados? ¿Seguiríamos siendo reales? ¿O no importa que nuestros recuerdos jamás hayan existido?
Puede que Neo y Triniti sean versiones clónicas, y esto tendría sentido si conocemos que, en realidad, la Matrix que conocemos no fue la primera y que, en cada una de ellas, siempre hubo un elegido. De hecho y hasta donde sabemos, el Arquitecto reveló que existieron otras 6 versiones, por lo que antes que Neo hubo cinco elegidos. ¿Y si siempre son el mismo elegido y todo forma parte de un plan de las máquinas? Puede que necesiten revoluciones cada cientos de años para reiniciar Matrix y que todo se mantenga en orden. Es más, puede que a lo largo de las generaciones, los responsables de esa revolución siempre sean los mismos. Sería algo así como lanzar al mundo un clon de Napoleón o Hitler cada vez que necesitas armarla bien gorda. Es decir, personalidades bien estudiadas que les permiten calcular qué van a hacer de manera aproximada.
Esta teoría podría explicar por qué están buscando a un actor para interpretar a Morfeo, pero más joven. Muchos sugieren que en realidad van a hacer una precuela, es decir, contar una historia que ocurrió antes de todo lo que hemos visto. Pero eso solo tendría sentido si el resto de personajes también fueran más jóvenes. Aunque puede que Morfeo en esta revolución sea más joven por algún otro motivo y que vayan a contarnos el inicio de la séptima —y tal vez definitiva— revolución de los humanos, todo ello con los mismos protagonistas, pero en una nueva versión de Matrix.
Neo es el nuevo agente Smith
En esta teoría que nos acabamos de inventar, puede que sencillamente los humanos sean reciclados en las nuevas Matrix que ocurren después de su existencia, algo así como programas efectivos para llevar a cabo funciones. De hecho, puede que el agente Smith fuera, en realidad, el anterior elegido. En este caso, habría sido reciclado como el terrible agente que todos conocemos. Y si esto fuera cierto, podríamos ver a Neo y Trínity como nuevos agentes impidiendo a los humanos darse cuenta de que viven en una ilusión, codo con codo con el agente Smith y otros personajes de las Matrix pasadas (como ya vimos en la entrega número dos y tres).
Esta teoría tendría sentido junto al dato del nuevo Morfeo joven, porque puede que sencillamente veamos a una versión más joven de Morfeo porque, al fin y cabo, para el software la edad es solo una cuestión de apariencia. Es decir, que da un poco igual su edad si solo son programas informáticos, y si lo que se requiere es saltar de tejado en tejado, más vale no tener 60 años.
Viajes en el tiempo
Por último, la teoría que nos hemos inventado para explicar Matrix 4 es que, en realidad, hay viajes en el tiempo. Esta teoría puede ser compatible con la teoría número uno, es decir, que lo que vemos son simulaciones dentro de simulaciones. Porque, si bien sabemos que los viajes al futuro son teóricamente posibles según la teoría de la relatividad, los viajes al pasado no está claro que lo sean. Pero, si el mundo real de la película es otro Matrix, pueden viajar a donde diablos quieran, pues nada es real.
También podría ser que, dejando aparte la teoría número uno, los viajes en el tiempo (e incluso al pasado) sean reales en la película —al fin y al cabo hay cientos de películas de viajes al pasado, sean realistas o no—, y que lo que veamos sea a un Morfeo joven viajando al futuro y viendo lo que iba a pasar, alterando su línea temporal en el pasado para ganar definitivamente la guerra a las máquinas y no llegar a ese empate en el que acababa Matrix 3. Si esto fuera así, en esta nueva película de Matrix, lo que veríamos sería una línea temporal diferente, donde Morfeo viajaría al futuro para cambiar el destino de la humanidad, que parece ser mantener una guerra eterna con las máquinas en forma de ciclos que se repiten cada pocos años. Así, Morfeo sería el encargado de romper ese ciclo de esclavitud programada que las máquinas han preparado para nosotros.
Conclusiones
Sea el mundo real una simulación dentro de una simulación, sean clones, nuevos programas reciclados o viajeros en el tiempo, dentro de poco los protagonistas de una de las películas que marcó a toda una generación, volverán a los cines con previsibles volteretas y balas ralentizadas. Y si bien teorías las habrá a cientos antes y después del estreno definitivo, tenemos que pensar que este tipo de cuestiones forman parte de la magia del cine. Al fin y al cabo, regresar de entre los muertos ha sido algo que, en la historia de la humanidad, solo los dioses y los personajes de la ficción han logrado en contadas ocasiones. Y si bien los dioses no dejan de ser un reflejo de nuestros anhelos y miedos humanos, los personajes de ficción a veces tienen una misión mucho más simple: la de entretenernos. Así pues, habrá que esperar para disfrutar de una de las sagas más populares del séptimo arte.
Fernando Cervera Rodríguez es licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad de Valencia, donde también realizó un máster en Aproximaciones Moleculares en Ciencias de la Salud. Su labor investigadora ha estado centrada en aspectos ligados a la biología molecular y la salud humana. Ha escrito contenidos para varias plataformas y es redactor de la Revista Plaza y de Muy Interesante. Ha sido finalista del premio nacional Boehringer al periodismo sanitario y ganador del Premio Literario a la Divulgación Científica de la Ciutat de Benicarló en el año 2022. También ha publicado un libro con la Editorial Laetoli, que trata sobre escepticismo, estafas biomédicas y pseudociencias en general. El libro se titula “El arte de vender mierda”, y otro con la editorial Círculo Rojo y titulado “A favor de la experimentación animal”. Además, es miembro fundador de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas.