Falacias lógicas, parte VI

Texto escrito por Dani Martínez

Llegamos, finalmente, a la que presumiblemente será la última entrada sobre falacias lógicas.

Sí, sí, ya pasó.

Ea, ea.

No llores, que tampoco es tan terrible. Siempre se pueden crear más argumentos de mi… ejem, falsos. La capacidad de la humanidad para mentir es fascinante, así que debemos estar siempre alerta para intentar cazar esos argumentos, atacarles donde más les duele, y devolver el equilibrio a la lógica y la verdad. Con esta última entrada vamos a repasar de hecho los ataques que existen, donde ya la gente se pone algo más agresiva con sus argumentos. Pero no temáis, mis padawans, utilizaremos el aikido de la lógica para devolver la potencia de su falaz ataque en un contragolpe letal que los dejará, esta vez sí, inoperativos. Empecemos.

Ad hominem

Más latín, pero esta vez es fácil y directo. Significa literalmente “al hombre”, y efectivamente, es un ataque directo a la persona. Es decir, pasamos directamente de argumentar en contra o a favor de algo simplemente para meternos con la persona que tenemos delante. Ejemplos de esto, lamentablemente, tenemos día a día y en cualquier lugar de este país. La televisión es uno de los feudos de este tipo de falacias, donde lo vemos continuamente en los “combates dialécticos” entre tertulianos, políticos y gente de la misma calaña. ¿Un ejemplo más directo? Vuestros deseos serán complacidos.

– Hombre, Pepe, yo realmente creo que tu posición en contra de la traslación de la Tierra no tiene mucho sentido porque es algo de sobra constrastado por múltiples vías como las matemáticas, la física y esas cosas.

– Pues sabes lo que te digo yo, que eres un cierrabares, un meapilas, un morrocorzo y un rulamierdas.

Creo que está bastante claro quién es el que presenta los argumentos de verdad.

El peso de la prueba

Aparte de ser una miniserie estadounidense del 92, también es un tipo de ataque falaz que se le hace a otra persona. Se basa en que uno, cuando propone alguna afirmación, se refugia en un triste intento de que el otro sea el que tenga que negar lo que dice. Esto es falaz puesto que cuando uno propone algo es su deber argumentar primero a favor de lo que está diciendo. No puedes soltar lo primero que te venga a la cabeza y que sea el otro el responsable de contra-argumentar sin que tú hayas movido un dedo. Es decir, el peso de la prueba primero recae sobre el que afirma algo.

Uno de los mejores ejemplos que he encontrado de esta falacia es en el programa televisivo de Punto Pelota, donde François Gallardo dice cosas como esta:

https://www.youtube.com/watch?v=mALOgJ0XSPw

Pues mira, no, eso no es así. Yo puedo decir que Francis Crick es mi abuelo, pero no puedo decirte a ti que me lo rebatas sino que soy yo el que tengo que dar pruebas a favor de ello.

Aunque bueno, realmente mi abuelo es Watson, pero me avergüenza decirlo…

Falacia genética

No, realmente esta falacia no es quejarte de los genes que tiene tu adversario. No es que podamos ver que alelos tiene para meternos con ello. Esta falacia tiene que ver con atacar el origen de una afirmación en lugar de la afirmación en sí misma. Vamos, es como atacar a una persona simplemente por ser de Galicia o de París.

Realmente, creo que esta falacia es un tipo que agrupa muchos otros tipos de falacia vistos ya aquí como la apelación a la autoridad, a la naturaleza, y similares. ¿Por qué? Básicamente porque este tipo de falacias se basan en el origen de algo para darles veracidad, solo que aquí en lugar de estar a favor, se está en contra.

Ejemplo al canto, y permitidme que sea algo friki:

– El aikido es peor que el Daito Ryu Aikijujutsu porque deriva en buena parte de este último.

Pues no, eso no tiene por qué ser así.

Hombre de paja

Todos sabemos lo que es un hombre de paja y para lo que sirve. Construyes la figura de un hombre con paja para que las aves vayan a atacarle a él en vez de a tus cosechas. Pues es algo bastante parecido aquí. Construyes algo para que se le pueda atacar libremente, lo que pasa es que eso lo construyes tú a partir de lo que quieres, y le atizas con todo lo que tienes. Básicamente te pasas por ahí los argumentos del otro, reformas lo que está queriendo decir, y entonces atacas a esa construcción artificial dando la impresión de que tienes razón. Pero no.

– Entonces Paco, lo que quieres decir es que los lideres mundiales son reptiles y que nos están gobernando desde hace millones de años, y que no tenemos nada que hacer, ¿no? Pues que sepas que no me creo nada y que eres un loco de la vida.

-…yo solo te he dicho “hola”, pero allá tú.

Argumento ad baculum

Baculum significa palo. Creo que no hace falta decir mucho más sobre qué es lo que falla en este tipo de argumentos. Se basa en que uno argumenta… digamos a la fuerza, y “fuerza” no es ningún eufemismo ni símil. Te argumento a palos, vamos. No siempre tiene que ser de forma física, pero sí que tienen en común en que es una argumentación utilizando algún tipo de fuerza. Es el argumento de los matones.

Y con esto podemos dar por concluida la saga de falacias lógicas. Hemos visto muchas, y la verdad es que no siempre es fácil identificarlas para que no nos cuelen argumentos falsos. Discutir no es fácil. Discutir significa que los argumentos que estás presentando tanto para defender tu punto de vista como para atacar al contrario son lógicos y no caen en ninguna de las muchas categorías que hemos visto. Incluso alguna más que no he puesto. Pero el que no sea fácil no significa que debamos dejarlo a un lado, pues un argumento con una lógica correcta detrás siempre tendrá un peso infinitamente mayor que uno que sea falaz.

Aquí tenéis los enlaces a las anteriores entradas:

Parte I
Parte II
Parte III
Parte IV
Parte V

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