Crítica de cine: Prometheus

Prometheus significaba el regreso de Ridley Scott a la ciencia ficción tras las excelentes Alien, el octavo pasajero, y Blade Runner, ambas películas consideradas ya como clásicos del cine, y referentes en la ciencia ficción. Un regreso al género que le dio la fama tras unos 30 años llenos de altibajos, razón más que suficiente para que esta película levantara una expectación superior a la media. Era algo razonable, más sabiendo que sería una historia ubicada en el universo de Alien y que trataría del posible origen de éstos.

La premisa era interesante, la primera película de Alien es una maravilla de la ciencia ficción y el cine de terror, con unos pocos personajes pero con una capacidad de crear tensión pocas veces vista. Y todo esto ambientado en lo que se puede llamar el género de primeros contactos con extraterrestres. Todo estaba muy bien pensado, rodado, y actuado. Sin embargo, la película que nos ocupa se podría considerar la antítesis de esa obra. El guión es plano, los personajes tienen poco interés y están llenos de incoherencias, y la historia no tiene, ni de lejos, el mismo gancho que tenía la primera, y cada vez se confirma un poco más el decaimiento de Ridley Scott como director. Pero vayamos por partes.

Tengo la opinión que, por muy soft o débil que sea la base de la ciencia ficción que uno está viendo o leyendo, ésta ha de ser coherente dentro del universo que ha creado. Alien era un ejemplo de cómo se podrían comportar los humanos frente a lo desconocido. Prometheus no. Así de simple. Los mayores fallos de la cinta los vemos en la parte de la historia, donde se acontecen una serie de sucesos que no parecen tener una estructura sólida. Dentro de este aspecto destacan unos personajes que ni de lejos parecen ser la mejor elección para llevarte a un planeta lleno de posibles peligros, donde su comportamiento es errático en el mejor de los casos. Pongamos el ejemplo del geólogo capaz de cartografiar todo el planeta con su pequeños bots, pero que se pierde a las primeras de cambio. O el del biólogo, reacio al principio en cuanto a conocer especies extraterrestres, pero que se acerca sin temor alguno a un bicho que hasta las plantas sabrían que es peligroso. Son solo dos ejemplos del despropósito que son los personajes en sí.

La historia tampoco tiene mucha mejor pinta, y a pesar que intenta explicar algunos orígenes, se queda en un océano de dudas al intentar responder unas pocas cuestiones iniciales, marca de la casa del guionista cuya obra más insigne es Perdidos. A los que hayáis visto la serie os sonará muchísimo lo que os acabo de decir: abrir más preguntas de las que respondo. El peligro es, claro está, si esas cuestiones serán algún día respondidas de forma coherente en la continuación que ya está en preparación.

Sin embargo, no todo en la película es nefasto, y paradójicamente hay dos personajes que son de lo mejor de la cinta. La primera es la gran Charlize Theron, que como nos tiene acostumbrados, hace un papel enorme dentro de su limitado personaje. Y es que se nota que cuando uno es buen actor o actriz, el papel se hace tan grande como la persona que lo interpreta. Un caso similar al papel que hace Michael Fassbender, aunque aquí también es cierto que el personaje en sí es lo más interesante de toda la película. Aparte de la grandísima actuación, el personaje al que interpreta Fassbender es un androide que resulta ser el personaje más humano de toda la cinta. Algo de lo que espero que se aprovechen para hacer mejor la siguiente película.

Dentro del plano artístico y de rodaje, no hay mucho que objetar. La música es correcta, sin más, pero tiene un tema principal que no está nada mal. Los efectos especiales están a años luz de Alien, obvio, y están bastante bien implementados. La película no está del todo mal rodada, pero no logra crear ni una quinta parte de la tensión de la original.

En definitiva, una película que debería haber sido más de lo que fue, lastrada por un guion hecho con muy poca cabeza e intentando coger el rebufo de la moda actual de Hollywood de crear trilogías hasta de cuando vas al baño. Tenía un potencial tremendo que no se ha podido sacar, y personalmente espero que todas las críticas negativas hayan influido en el señor Scott para que la segunda parte pueda resarcirse de todas partes malas de esta película. Y es que, de alguien que nos hizo estar con los ojos como platos tanto en Alien como en Blade Runner uno pide algo más que un simple blockbuster.

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