Allí estaban ellos, en mitad de un territorio frío y hostil, aunque quizás placentero para lo que había dispuesto en el mundo en aquella época. De pie, mirando al horizonte y con la única preocupación de seguir sobreviviendo un día más, y por supuesto ajenos a la importancia que tenían aquellos pasos hacía el este que daban. Andar, cazar, comer, dormir y vuelta a empezar, así supongo que se resumiría la vida de aquellos hombres y mujeres que, en algún momento pisaron la tierra que hoy se encuentra bajo las aguas del estrecho de Bering. Por supuesto, ajenos a todas las investigaciones y discusiones que se desarrollarían a su costa miles de años después. Poco les importaban a ellos los debates que se iban a suscitar a cerca de cuando realizaron el paso desde Siberia hasta Alaska, o si realmente pasaron por allí, o como era plausible que pudiesen habitar aquellas tierras. Desde luego su avance hacia las tierras americanas suponía un hecho histórico, un hito en el devenir de la humanidad, pero ¿a quién diantres le importa eso cuando llevas tres días intentando cazar un mamut? ¿Cuál de aquellos rudos prehistóricos se iba a preguntar que narices hacía en esa tierra esteparia y fría una criatura cuyos ancestros provenían del África tropical? Estaban allí y punto.
Lo cierto es que la expansión de Homo sapiens, desde el corazón de África hasta los más alejados rincones del globo suscita en mí un grandísimo interés a muchos niveles, y es que aquellas criaturas surgidas en la calidez del clima tropical africano, comenzaron a expandirse por todo el mundo precisamente cuando el planeta entró en el último periodo glacial, hace unos 120.000 años. Aquellos humanos desprovistos de pelo, aparentemente frágiles y poco habituados al frío, hicieron de la desventaja una virtud, y encontraron en medio de aquel clima más frío y seco, y en la apertura de los bosques, su gran oportunidad para revelarse, a pesar de su aparente fragilidad, como la criatura más poderosa de cuantas habitaban la Tierra. Para ello gozaba de dos «superpoderes», por un lado, un gran cerebro que le otorgaba la capacidad de adaptarse a cualquier cosa, por el otro, una configuración física especial que le otorgaba una resistencia física excepcional ; bipedismo, tendón de Aquiles, ligamento nucal, termoregulación por sudoracion, eficiencia en el metabolismo de grasas o piernas largas, son algunas de las adaptaciones que permitían a nuestros ancestros recorrer enormes distancias de forma eficiente, bien sea huyendo de amenazas, buscando tierras mejores o para cazar presas a base de perseguirlas durante días. Pero esta expansión y esta puesta en escena de nuestras características especiales no se hubiera producido, o se hubiese producido de forma distinta, si las condiciones climáticas hubiesen sido otras, por lo que en este segundo capítulo de «humanos y climas«, vamos a centrarnos en el último periodo glacial, y más concretamente en la parte final de el mismo, época durante la cual se produjo el ultimo máximo glacial, la posterior deglaciación y el cambio del Pleistoceno al Holoceno, así como el paso de Homo sapiens a través de Beringia (actual Estrecho de Bering) desde Siberia a tierras americanas.
GLACIACIÓN
Comenzaremos por lo más básico ¿Qué significa la palabra «glaciación» ? Según define la palabra la RAE, tendríamos tres acepciones posibles , todas ellas muy relacionadas y las cuales copio y pego a continuación.
1. f. Formación de grandes masas de hielo en la superficie terrestre.
2. f. Formación de glaciares.
3. f. Geol. Cada una de las grandes invasiones de hielo que en épocas remotas acontecieron en zonas muy extensas de distintos continentes.
Expuesto esto, decir que desde que el mundo es mundo se han producido diversos ciclos glaciares, de los cuales nos centraremos en el último de todos ellos, el sucedido (más o menos) entre hace 120.000 y 10.000 años, denominado técnicamente como glaciación de Würm o Wisconsin y popularmente como Edad de hielo, y que fue la última de las glaciaciones del Pleistoceno así como la última puerta a cruzar antes del Holoceno, que es la época actual. Es más, dentro de ese periodo glaciar vamos a poner el foco en el último máximo glaciar (UMG), una época entorno a hace 20000 años donde el hielo alcanzo una extensión máxima y alrededor de la cual se produjo uno de los hitos más grandes en cuanto a la expansión de Homo sapiens se refiere, el paso hacia América desde Eurasia.
Parece ser que este último periodo glaciar tuvo, como muchos otros grandes cambios, como primer impulsor un cambio en la posición de la Tierra respecto al Sol, en concreto mediante una gran excentricidad de la órbita, dando como resultado una menor insolación veraniega . Este hecho fue determinante para la expansión de los hielos, pues al recibir la Tierra una menor cantidad de energía durante el verano, los hielos conseguían permanecer durante todo el año, lo que a su vez aumentaba el albedo terrestre ( porcentaje de radiación que refleja una superficie), absorbiendo por tanto cada vez menos energía y acelerando el enfriamiento. Estos cambios en los movimientos terrestres los comentamos en el capítulo introductorio de esta saga, Climas y humanos I. Consideraciones previas, allí podréis echar un vistazo para entender un poco mejor como se producen los llamados ciclos de Milankovich , y como esas variaciones en la insolación inducen a otros muchos cambios que son los que finalmente modifican el clima de una forma u otra en las distintas regiones del globo.
El enfriamiento durante ese periodo de unos cien mil años no fue lineal, si no que se produjo escalonadamente y con periodos relativamente cálidos a lo largo de ese lapso temporal. Poco a poco los pinos y abedules fueron sustituyendo a los carpes y los avellanos, después muchos bosques se convirtieron en espacios abiertos salpicados de arbustos, y muchas zonas hoy habitadas pasaron a ser estepas frías y tundras. Una gran extensión de selva pasó a ser sabana y desiertos como el Sahara tuvieron una extensión mucho mayor, y es que sucede que al estar el planeta más frio, la humedad disponible globalmente es mucho menor, tendiendo por tanto a una mayor aridez salvo excepciones muy puntuales. Del mismo modo, al incrementarse la superficie cubierta por los hielos permanentes el nivel del mar bajo, llegando a situarse durante el máximo glacial entorno a 120 metros por debajo del nivel actual. Esto último produjo que tierras hoy cubiertas por las aguas, como el canal de la Mancha, el Estrecho de Torres o el de Bering, fuesen en aquel entonces tierra firme.
DE SIBERIA HACIA ALASKA, UN GRAN PASO PARA LA HUMANIDAD.
A partir de diversos hallazgos arqueológicos (especialmente los de Yana RHS en Siberia y Swan Point en Alaska), estudios genéticos de poblaciones y estudios bioclimáticos de la zona ,parece claro que los humanos llegaron al noreste de Siberia hace unos 30.000 años y comenzaron su asentamiento en América hace unos 15.000, justo al tiempo en que los hielos comenzaban a retirarse y el UMG iba dando paso a un clima más cálido. ¿Y que hicieron y donde estuvieron los humanos todo ese tiempo? Pues la verdad es que no queda aún a día de hoy demasiado claro, pues siempre ha habido alrededor de la cuestión cierta controversia y muchas hipótesis. En primer lugar, y aunque hoy día parece descartada, una corriente sostenía el poblamiento temprano de América, es decir antes del UGM. Después, y pareciendo claro que la llegada al nuevo continente se produjo después, no se sabe muy bien si la llegada a América fue a través de un corredor interior, uno costero, o ambos, o si Beringia fue un mero puente para un paso «rápido» (por muy veloz que hubiese sido, no fue ni en un mes, ni en un año, ni en diez…) hacia el nuevo continente o si por el contrario las poblaciones humanas quedaron aisladas durante miles de años en la zona, llegando incluso a divergir genéticamente con los pobladores originales. Sea como sea, lo que más llama mi atención y de lo que nos vamos a ocupar aquí es discernir como, una zona que hoy en día tiene un clima durísimo y está escasamente poblada aún con la tecnología actual, pudo ser ocupada y transitada durante miles de años en una época en la cual la fuerza de la glaciación fue máxima y en la que los hielos cubrían gran parte de las zonas habitadas de la actualidad ¿Pudo ser la zona un refugio climático? ¿o nos hemos vuelto todos locos?
BERINGIA, UN REFUGIO EN UN MUNDO HELADO
Como ya se ha expuesto anteriormente, hace unos 20.000 años se produjo el momento álgido del último periodo glacial, durante el cual el manto de nieve permanente alcanzó su mayor extensión y su mayor altura. Si bien al parecer en la Antártida los hielos tenían una extensión no mucho mayor a la que presentan actualmente, en el hemisferio norte llegaban a latitudes difíciles de imaginar en nuestros tiempos. Dos grandes masas heladas se podían diferenciar, por una lado el llamado Manto Laurentino, que ocupaba gran parte de lo que hoy es Canadá y Estados Unidos, con un espesor que superaba en muchos casos los 3000 metros pero que curiosamente no cubría lo que hoy conocemos como Alaska. De otro lado se situaba el Manto Finoescandinavo, que se extendía por todo el norte de Europa, desde las Islas Británicas hasta Sibería aunque dejando libre de hielos la parte más oriental de esta. Este manto, aunque de menor extensión y altura que el Laurentino, superaba ampliamente cotas de 1000 metros sobre el nivel del mar e incluso los 2000 en muchas zonas de lo que hoy es la Península Escandinava
Efectivamente, la zona por donde presumiblemente los humanos cruzaron desde Eurasia hasta América estaba desprovista de hielo en lo más crudo de la glaciación, y es más, pudo tener un clima más benigno que el que gozan esas zonas en la actualidad. Nada loco, no penséis en palmeras y libélulas gigantes llenando el espacio de aquellas tierras, pero sí grandes extensiones de hierba y arbustos donde habitaban grandes mamíferos como los mamuts y los bisontes. Animales estos cuya caza era uno de los objetivos principales de aquellos hombres y mujeres de las estepas.
¿POR QUÉ BERINGIA QUEDÓ LIBRE DE HIELOS?
Una vez que sabemos que la zona gozaba de un clima un poco mejor que las zonas adyacentes de la época, e incluso algo mejor que su clima actual, y una vez que sabemos que los humanos aprovecharon aquella circunstancia para expandirse, la pregunta subyacente es obvia, ¿por qué? Es una cuestión difícil de resolver al detalle, pero si que podemos identificar ciertos elementos clave del funcionamiento del clima en aquel tiempo. En primer lugar , y a muy grandes rasgos, sabemos que el clima de una zona viene muy influenciado por las corrientes marinas, las corrientes atmosféricas y la interacción de estas con los elementos geográficos, no solo en una determinada zona, si no en el resto del globo. En segundo lugar, estos elementos van variando a lo largo del tiempo provocando a su vez que el clima vaya modificándose en relación a los movimientos de esas «piezas» que hemos citado.
Dicho esto es necesario mencionar que los elementos de aquella época eran tan distintos que necesariamente tenían que generar unos patrones atmosféricos y oceánicos distintos, en primer lugar la existencia de una mayor superficie de tierra emergida, y especialmente el cierre de algunos pasos marítimos como el Estrecho de Bering hacían que las corrientes marítimas se movieran de diferente manera. Por otro lado, la altura y extensión de los domos de hielo, especialmente el Laurentino, modifican la circulación del aire desde los niveles más bajos de troposfera hasta los más altos, cambiando la dirección y fuerza de los chorros polar y subtropical (corrientes de aire que se mueven a unos 10 km de altura, de gran importancia ambas para el clima), y afectantando por tanto a la distribución de las precipitaciones y las temperaturas. En general, como ya se ha mencionado, el clima era mucho más frio y mucho más seco, y además dejaba libre de hielos la zona de Beringia. El manto Laurentino tenía una extensión enorme, cubria todo lo que hoy es Canadá y parte de Estados Unidos y tenia una altura considerable, hasta de 3000 metros. La presencia de esta masa helada provocaba que gran parte de la radiación solar incidente se reflejase, enfriándo la masa de aire circundante. Este aire frío, denso y pesado generaba la presencia casi permanenente de un anticiclón, cuyo movimiento conforme a las agujas del reloj provocaba el desalojo de las masas hacia el oeste americano y de ahí de nuevo hacía el norte. De esta manera, se facilitaba que aire más cálido y húmedo se elevara sobre el frío de las capas más bajas, e impactará con la parte occidental del domo helado y las Montañas Rocosas. Aquí, los aportes de nieve eran importantes, pero la humedad quedaba a lo sumo confinada en las montañas del sur de Alaska, dejando sequedad para el resto de Beringia (Alaska, Estrecho de Bering y el extremo oriente siberiano). Así, con la zona desprovista de hielo, el suelo era capaz de absorber más radiación y mantener por tanto una temperatura mucho más soportable que su entorno inmediato. Por tanto, si bien hoy en día los vientos, tras solventar las Montañas Rocosas pueden transitar a lo ancho de Canadá sin problemas y dirigirse hacia el Atlántico, en aquel entonces se veían desviados por aquel inmensa zona helada, la cual además en su desalojo de aire frío mediante vientos catabáticos (el aire frio al ser muy denso desciende generando corrientes de viento) y su movimiento anticiclónico favorecia por otro lado el ascenso de vientos más cálidos que venían del sur, así como de humedad suficiente para aportar nieve fresca al borde occidental del domo. Como curiosidad, al chocar las corrientes contra el manto Laurentino además de ese ascenso hacia el norte, se producía una bifurcación de las corrientes que enviaba vientos también hacía el sur, por donde se veía obligado a circular el «chorro polar», el cual hoy atraviesa Canadá y Escandinavia, haciendo que zonas hoy desérticas de suroeste de Estados Unidos fueran zonas húmedas salpicadas de grandes lagos.
Y con esto ponemos punto y final a este capítulo de la saga, en el cual hemos puesto el foco en las características climáticas que se daban durante uno de los episodios más importantes en la expansión del ser humano por el globo, el paso hacía América. Ahora es ya momento de adelantarnos unos miles de años y centrarnos en un período mucho más cálido, en el cual el verde se dejaba ver en muchas zonas hoy dominadas por el amarillo y el marrón, y es que nos iremos hasta esa época en el que el Sáhara fue mucho más húmedo que en la actualidad, y de paso veremos como influyó esto en los humanos que por allí andaban.
Los otros capítulos de humanos y clima
Humanos y climas I. Consideraciones previas
Humanos y climas III. Desiertos y faraones
Humanos y climas IV. Al calor de Roma
Referencias
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8-Batchelor, C.L., Margold, M., Krapp, M. et al. The configuration of Northern Hemisphere ice sheets through the Quaternary. Nat Commun 10, 3713 (2019). https://doi.org/10.1038/s41467-019-11601-2
9-Beyer, R.M., Krapp, M. & Manica, A. High-resolution terrestrial climate, bioclimate and vegetation for the last 120,000 years. Sci Data 7, 236 (2020). https://doi.org/10.1038/s41597-020-0552-1
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12-LAS FAUNAS FRÍAS DEL PLEISTOCENO. Jaime Casanova Sancho Paleontología de Vertebrados y Humana Enero 2010. http://www.aragosaurus.com/secciones/docencia/tema/Las%20faunas%20frias%20del%20Pleistoceno.pdf
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14-The North Pacific Ocean Climate During the Last Glacial Maximum.Presented at the Paths Across the Pacific V Conference Sitka, Alaska July 28, 2006 Thomas C. Royer Center for Coastal Physical Oceanography Department of Ocean, Earth and Atmospheric Sciences Old Dominion Universit Norfolk, VA 23529 and Professor Emeritus, University of Alaska .Email; royer@ccpo.odu.edu
15-Cao, J., Wang, B. & Liu, J. Attribution of the Last Glacial Maximum climate formation. Clim Dyn 53, 1661–1679 (2019). https://doi.org/10.1007/s00382-019-04711-6
16-http://polarmet.osu.edu/PolarMet/paleonwp.html
Julián Chaves Naharro. Licenciado en Ciencias Ambientales en la Universidad de Valencia, Máster en Ingeniería hidráulica y medio ambiente por la Universidad Politécnica de Valencia y especializado en la gestión, restauración y conservación de cuencas hidrográficas, donde realizó una tesina sobre el cálculo de emisiones de gases de efecto invernadero en incendios forestales. Comenzó su actividad divulgadora con su blog personal “El Ambientoblog”. Deportista, agricultor, divulgador, montaña en vena, muy energético, algo subversivo y ciudadano del mundo.