El cambio, es algo inherente tanto a la mente humana, como a los procesos físicos que envuelven nuestras vidas con su particular devenir, los cambios pueden ser palpables en milésimas de segundo o pueden ser visibles tan solo tras el transcurrir de los siglos, los hay grandes y pequeños, de grandes repercusiones y de una insignificancia casi ridícula, los hay buenos y también malos, feos y bellos, apareciendo adjetivos para definir un cambio por miles, y a pesar de las discusiones que puedan generar a su alrededor, al final solo queda claro un concepto general, nuestro mundo y nuestras vidas son una suerte de cambio constante, y si bien estas son dos palabras que analizadas por separado casan con dificultad, no se me ocurren otras dos que puedan definir esto que hoy me ocupa con una mayor claridad. Y no es algo nuevo, ya Heráclito se paseaba por la plaza de Éfeso, quinientos años antes de Cristo, pregonando sus ideas sobre un mundo cambiante, apoyándose en las observaciones que realizaba en aquella Antigua Grecia de los sabios. Ojalá aquellos eruditos de barba y túnica hubieran tenido twitter.
La palabra cambio está de moda, no hay nada más que encender la televisión, o las redes sociales para darse cuenta de que España está cambiando en estos días con más intensidad de lo que venía siendo habitual en los últimos 30 años, aunque muy probablamente en Tarabuco (Bolivia) vivan totalmente despreocupados, por no decir que no les importa en absoluto, y anden concentrados en sus propios problemas, y es que el cambio es relativo y puede ser, además, totalmente invisible. Pero en estos tiempos que corremos, la mayor cualidad de los cambios puede ser a la velocidad que se producen y se acumulan, y quizás no haya habido en la historia de la humanidad tantos cambios como los sucedidos durante el siglo XX y lo que llevamos de XXI, y además con una velocidad tan sumamente grande que algunos días dan ganas de bajarse del mundo y otros quedas enganchando a él por pura fascinación.
Ayudándome de Earth engine, aplicación que os recomiendo que exploréis, voy a mostraros algunas imágenes que ponen de manifiesto grandes cambios que han tenido lugar a lo largo y ancho del globo desde 1984, usando para ello imágenes tomadas por los satélites Landsat. Disfruten y descubran como los cambios transforman nuestro mundo, casi sin darnos cuenta.
Bien, quizás en Tarabuco, región de Chusisaca (Bolivia), los cambios son menos evidentes a esta escala, y es que los cambios, ante todo, son extremadamente caprichosos en cualquiera de las dimensiones.
Para concluir os dejo con la última frase del poema «Ideario» , de Francisco. M Ortega Palomares, poema que se hizo famoso por aparecer en la canción «Standby» de Extemoduro. Una frase que a mi juicio expone de forma simple, pero muy elegante, la visión y la actitud ante los cambios en función de la posición del observador.
«Parado frente al mar mientras que el mundo gira»
Julián Chaves Naharro. Licenciado en Ciencias Ambientales en la Universidad de Valencia, Máster en Ingeniería hidráulica y medio ambiente por la Universidad Politécnica de Valencia y especializado en la gestión, restauración y conservación de cuencas hidrográficas, donde realizó una tesina sobre el cálculo de emisiones de gases de efecto invernadero en incendios forestales. Comenzó su actividad divulgadora con su blog personal “El Ambientoblog”. Deportista, agricultor, divulgador, montaña en vena, muy energético, algo subversivo y ciudadano del mundo.