Cuando era muy pequeño sentía una gran curiosidad por saber qué es lo que había detrás de la montañas que rodean mi pueblo natal. Cuando por fin subí, quise saber entonces qué había detrás de la otras montañas que desde allí se veían, y ahora treinta años después de aquello y en pleno confinamiento por pandemia, miro por la ventana de mi salón con la mirada puesta en los edificios de enfrente pero con la mente puesta en tierras lejanas, y es que por muy limitada que este tu libertad de movimientos una mente exploradora siempre quiere volar lejos. Y así, encerrado, al calor de un buen café y habiendo wifi, es como surgen preguntas como la que nos ocupa hoy. ¿Cómo es el lugar más alto del Sahara? Os lo cuento a continuación en esta exploración virtual del volcán Emi Koussi y sus compañeros del Tibesti.
¿Dónde se encuentran?
La cumbre del Emi Koussi se alza 3415 metros sobre el nivel del mar, siendo el punto más elevado de la cordillera del Tibesti y de todo el desierto del Sahara. Se encuentra en el norte de Chad justo en el extremo sur de esta cordillera. De hecho los montes Tibesti terminan por el sur justo en su montaña más alta, la cual cae mas de 2000 metros hacia las llanuras desérticas y arenosas que le circundan. Esta cordillera ocupa una superficie que ronda los 80 000 kilómetros cuadrados y posee, además del Emi Koussi, varios picos cuya altitud supera los 3000 metros (Kegueur Terbi (3376 m), Tarso Taro (3325 m), el volcán activo Pico Tusside (3265 m) y Soborom (3100 m) y teniendo sobretodo un carácter muy particular que se debe a tres factores determinantes: estar localizada en mitad del desierto, tener un origen volcánico y su lejanía con mares y océanos.
Tibesti es todavía, aunque parezca increíble, un área poco conocida y explorada. De hecho el primer occidental en ascender al Emi Koussi fue Wilfred Thesiger, un británico nacido en Etiopía e hijo de un diplomático que residía en aquel país. Desde entonces la zona ha dado poco lugar a la aventura, especialmente por las guerras y luchas que se han librado en la zona, las cuales desalientan la exploración y la investigación de esta singular zona. No he indagado mucho en este tema, pero sospecho que los conflictos en la llamada Franja de Aouzou pueden tener algo que ver con la presencia de minerales de importancia en la zona.
Se trata de una zona escasamente poblada, aunque no deshabitada por difíciles que sean las condiciones ambientales del lugar. Es la tierra de los toubou, pueblo tradicionalmente nómada y que poco a poco se ha ido asentando alrededor de los oasis, pastos y pozos disponibles, dedicándose sobretodo al cultivo de la palmera datilera y al pastoreo de cabras, aunque también podemos encontrar pequeños huertos, algún cereal, ovejas, camellos y burros. En la actualidad la principal localidad de la región es Bardai, donde viven alrededor de 2000 personas.
Como en toda zona montañosa que se precie, su red hidrográfica constituye su columna vertebral, y aquí y a pesar de las condiciones desérticas imperantes no iba a ser menos. Son cinco los cursos principales, unos dirigiéndose hacia la cuenca mediterránea a través de Libia y otros fluyendo hacia el sur en dirección a la cuenca endorreica del Lago Chad. Decir que no son cursos de agua permanentes, sino ramblas, wadis como se les conoce generalmente en el desierto o enneri como se les denomina en esta parte en concreto, y que en muchos casos fluyen bajo tierra o acaban evaporándose en mitad del desierto. El más largo e importante de todos ellos ese el Bardagué o Enneri Zoumeri, el cual discurre cerca de la localidad de Bardai.
¿Cómo se formaron estás montañas?
En primer lugar decir que se han usado estos volcanes debido a su parecido con los presentes en Marte, en especial el Emi Koussi como análogo del volcán marciano Elysium Mons, cuestión que puedes comenzar a indagar en este enlace de la NASA (Emi Koussi en la NASA)
Antes de comentar el por qué del surgimiento de estas montañas justo aquí, en mitad del desierto, me gustaría que vieseis este vídeo de la Agencia Espacial Europea sobre las imágenes que se tomaron desde el espacio en la zona. El vídeo está en inglés, pero lo más interesante son los colores que se diferencian y que nos señalan los distintos tipos de materiales, desde las arenas del desierto circundante hasta la lava más añeja.
Si bien la mayor parte de la actividad volcánica se da justo donde chocan las diferentes placas tectónicas, también esta actividad puede hallarse en el interior de las mismas, en lo que se conoce como hot spot o punto caliente, categoría al que pertenecerían el Emi Koussi y los demás volcanes del Tibesti. La formación de estos volcanes se produce, a grandes rasgos, por el ascenso desde el manto terrestre de calor mediante el proceso de convección y la posterior fusión de las rocas de la corteza que va encontrado a su paso hasta su llegada a la superficie, lugar donde depositaría esos materiales fundidos. Puesto que las placas tectónicas están en movimiento, al cabo del tiempo el lugar por donde el magma sale a la superficie sería otro, formando en consecuencia otro volcán.
El Emi Koussi (y sus compañeros) son volcanes de tipo escudo. Estos volcanes generalmente se forman a partir de lava de baja viscosidad, de la que fluye fácil, en lo que se conoce como una erupción de tipo hawaiiano. No suelen producir erupciones explosivas, si no que poco a poco la lava va fluyendo y acumulándose ladera abajo, formando conos volcánicos de gran extensión y pendiente suave, y digo «suele» por que una de las peculiaridades de estos volcanes es presentar signos de haber presentado erupciones explosivas en el pasado.
Otra particularidad referente a su geología son los depósitos de natrón que se pueden encontrar en las calderas. Este mineral es carbonato de sodio hidratado que entre otras cosas era el material utilizado en el Antiguo Egipto para momificar al personal. En algunos puntos del Tibesti es tan abundante que incluso a dado nombre a uno de sus principales formaciones, la Trou au Natrón, situada a los pies del Toussidé y que es la segunda montaña más alta del Tibesti.
¿Quién vive ahí?
Ya hemos dicho que aunque escasa, se da cierta presencia humana en la zona, pero ahora me refiero a su flora y a su fauna. Y es que aunque parezca raro en un lugar a priori tan inhóspito, los Tibesti tienen también una riqueza biológica a considerar.
Quizás primero de todo habría que resaltar que se trata de una zona prácticamente virgen, estable ecológicamente y poco o nada transformada por el ser humano, lo cual ya es algo bastante destacable en nuestro mundo actual. Los Tibesti se erigen como una isla de biodiversidad en el inmenso e inhóspito desierto del Sahara, pudiendo distinguir la composición de las especies presentes en función de la altitud. Así pues, en las zonas más bajas cercanas a los wadis o enneris, y en general en aquellas zonas donde existe cierta disponibilidad de agua, podemos encontrar árboles como Hyphaene thebaica (es la especie de palmera que crece silvestre, diferente a Phoenix dactylifera, que es la utilizada en cultivos), Salvadora persica o Tamarix articulata, así como diversas variedades de Ficus (higueras). En las charcas o gueltas podemos encontrar además distintas especies de macrófitos, como pueda ser Cyperus laevigatus entre otros.
En cuanto a la fauna, a parte de los animales citados en los primeros párrafos y que están relacionados con los humanos, podríamos encontrar campando por los pastos de las tierras altas grandes mamíferos como Addax nasomaculatus, y también otros pequeños como Procavia capensis, así como algunos de sus depredadores. Un ejemplo de estos últimos podrían ser el gato silvestre africano (Felis silvestris) o el zorro pálido (Vulpes pallida).
¿Qué es lo que permite la vida en este inhóspito lugar?
Quizás os hayáis preguntado cómo narices puede haber gente viviendo por estos secarrales, cómo es posible la agricultura y la vida vegetal en esos wadis y esas gueltas, o cómo narices se han adaptado esos simpáticos animalillos a tan hostil trozo de planeta; tierra volcánica, alejada del mar y en mitad del desierto, ¿puede ser más difícil la vida? Pero siempre puede haber una vía de escape y siempre queda el «vivir de rentas». En este caso, como en otros muchos, los elementos climáticos son los que deciden quién y como se puede vivir en un lugar. De este modo en el Tibesti se vive de un pasado lejano pero más húmedo y de un presente irregular pero que por los pelos supera el umbral de lo necesario para algunos. En el pasado se sabe que el desierto del Sahara tuvo un clima más húmedo que el actual, lo que entre otras cosa permite la existencia de acuíferos rellenados con las precipitaciones de aquel entonces (podéis echarle una ojeada a este link sobre reservas de agua en África), y que en determinados lugares puedan aflorar manantiales además de aguas termales relacionadas con el vulcanismo de la zona (por ejemplo las aguas termales de Yi Yerra en el flanco sur de la cordillera). En el presente la clave está en la basculación de la zona de convergencia intertropical (ZCIT). Muy básicamente esta convergencia se forma debido a que la zona ecuatorial es aquella que más se calienta, puesto que los rayos del sol caen perpendicularmente sobre ella. Este alto grado de radiación facilita que las masas de aire cercanas al suelo se calienten, y al ser menos denso que el aire frío, este aire caliente ascienda hasta un punto en el que se divide, una parte hacia el norte y otra hacía el sur. Bien, este ascenso facilita la formación de bajas presiones, nubosidad y la generación de lluvia en las zonas ecuatoriales. Es como si la Tierra se vistiese con un cinturón de nubes «gordas» con cortinas de agua. La cuestión es que la Tierra no es uniforme en la distribución de tierras y mares, por lo que ese cinturón se mueve arriba y abajo, en unos sitios más que otros y cada año de una forma diferente, debido esto a que cada superficie se calienta a un ritmo distinto. Es un proceso análogo al conocido monzón de la India, y que en realidad podría compararse con el mecanismo que genera las brisas marinas pero a una escala gigantesca.
En lo que atañe al Tibesti, este movimiento hacia el norte en los meses de verano puede llegar de vez en cuando a las montañas, descargando tormentas y alimentando las charcas, las ramblas, los acuíferos y los flujos subterráneos, permitiendo de esta forma la vida por un poco más de tiempo. Sin embargo, otros años se retira antes de chocar contra las montañas y puede que no caiga ni una gota. De todas formas, existen grandes diferencias entre las zonas bajas y las zonas medias y altas, pues estas últimas favorecen temperaturas algo más suaves y por tanto más soportables, además de favorecer la ocurrencia de precipitación, la cual es sensiblemente superior en las zonas más altas por el mero efecto orográfico. Estaríamos hablando de que en Bardai apenas superan los 20mm anuales y de que en las zonas altas se superan los 150 mm o incluso los 200 mm, pudiendo ocurrir allí incluso en forma de nieve (podéis ver el artículo en PDF de Hughes and Hughes 1992, p. 1–3, en el cual se cuentan detalles muy interesantes de todo el Chad y en particular de su clima). Y mucha atención por qué hay estudios que sugieren que el.cambio climático podría implicar un aumento de las precipitaciones en la zona por la amplificación de los fenómenos monzonicos. Artículo Iagua.es
Y colorín colorado está exploración virtual se ha acabado. Solo espero que os haya gustado y que como yo, os hayáis quedado con ganas de más. Y es que cada concepto o cada elemento del paisaje introducido aquí podría ser objeto de un artículo específico o incluso de una saga, pues queda mucho por aprender de un territorio tan remoto como este y con tantos elementos singulares e interesantes. Pero de momento me tendré que conformar con indagar en espacios naturales a través de internet, y esperar al día en el que pueda explorar de cuerpo presente y contaros lo que veo y aprendo desde el terreno.
Fuentes
https://www.ungeologoenapuros.es/
http://www.locosporlageologia.com.ar/
https://www.worldwildlife.org/
Hughes and Hughes 1992, p. 1–3.
Julián Chaves Naharro. Licenciado en Ciencias Ambientales en la Universidad de Valencia, Máster en Ingeniería hidráulica y medio ambiente por la Universidad Politécnica de Valencia y especializado en la gestión, restauración y conservación de cuencas hidrográficas, donde realizó una tesina sobre el cálculo de emisiones de gases de efecto invernadero en incendios forestales. Comenzó su actividad divulgadora con su blog personal “El Ambientoblog”. Deportista, agricultor, divulgador, montaña en vena, muy energético, algo subversivo y ciudadano del mundo.
Hace una semana que he regresado de un viaje de exploración por esta zona del Tibesti, el pasado domingo 20 de marzo aterricé procedente de Yamena. Un viaje muy muy complicado, agotador pero que deja ese retrogusto cuando regresas de haber estado en uno de los lugares vírgenes de nuestro planeta
Debe de haber sido un viaje increible. Yo solo conozco la zona por la pequeña investigación que realicé cuando escribí el artículo y la verdad, me encantaría pisar la zona.
Dices que fuiste en un viaje de exploración, por favor ¿podrías contarnos algo más sobre tu experiencia allí?