La yarará o crucera (Bothrops alternatus) es una serpiente venenosa que habita en Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay. Es un reptil grande, con los registros máximos de longitud variando entre 170 cm y más de 2 metros de largo. Es, generalmente, de color pardo-oliváceo, pero la coloración puede variar, siendo a veces marrón o casi negra. Es muy distintivo el patrón de manchas más claras con forma de cruz o rombos.
Es más activa durante la noche, y se alimenta frecuentemente de animales nocturnos, a los que caza ayudándose de sus órganos termorreceptores para detectarlos por su temperatura. Los orificios externos de estos órganos se llaman fosetas loreales, y se encuentran entre el ojo y la nariz de la serpiente.
Frecuentemente se reporta la presencia de yararás en domicilios familiares en zonas rurales o de mucha vegetación, y pueden causar la muerte de animales domésticos e incluso humanos si no se tratan con rapidez. Es importante estar informados para aprender a convivir pacíficamente con este tipo de especies.
La palabra yarará en guaraní puede significar “el que será amo”, por el respeto que transmite el animal (1).
- González, Enrique (1993) “El guaraní. Relación naturaleza-lenguaje a través de la informática. Multequina 2:277-284