La araña bananera o araña errante brasileña (Phoneutria nigriventer) ha recibido la fama de ser un de las más peligrosas del mundo. Su nombre científico proviene del griego, “phoneutria” significa “asesina”. Habita en el norte de Argentina, en Paraguay, Brasil y Uruguay. Tiene todos los elementos para ser la pesadilla de cualquier aracnofóbico: es grande (del tamaño de la palma de una mano), peluda, agresiva y siempre se encuentra entre las primeras en el ranking de las arañas más venenosas del mundo. Se cree que pueden provocar la muerte en niños y ancianos. Los síntomas incluyen taquicardia, hipertensión, sudoración, salivación, mareo, visión borrosa y, curiosamente, priapismo, que consiste en una erección prolongada y normalmente dolorosa.
A pesar de lo doloroso de las picaduras, tan solo un pequeño porcentaje de los ataques (2,3%) son lo suficientemente graves como para tener que suministrar el antídoto contra el veneno (en su mayoría niños). Se debe a que el aparato bucal de las arañas bananeras está adaptado para atacar pequeñas presas, y no grandes mamíferos. Además, solo inyectan veneno en un tercio de sus picaduras y no siempre en grandes cantidades, ya que intentan conservarlo.
Cuando se siente en peligro, adopta una posición de ataque muy característica, levantando sus dos pares de largas patas delanteras y enseñando el abdomen, a la vez que se balancea en una danza amenazante. En esta posición se aprecia mejor el patrón de coloración de bandas negras sobre un fondo claro, diferente del color pardo que posee en la parte superior del cuerpo.
Estas arañas deambulan por el suelo a la noche, en lugar de quedarse en una guarida o manteniendo una telaraña. Durante el día se esconde en lugares con sombra, protegidos, lo que la hace más temida, ya que en regiones muy pobladas puede buscar refugio en casas. Se esconden bajo troncos o en las plantas de banana, por lo que existe mayor peligro de contacto en los trabajadores de la industria bananera.
Se aparean en las estaciones secas, de Abril a Junio, por lo que es más fácil avistarlas en esta temporada.
Si tienen la oportunidad de encontrarse con una, no la manipulen, aunque no sea tan letal como los medios de comunicación sensacionalistas da a entender, es una especie peligrosa para el ser humano, y debemos saber convivir con el resto de animales.
