Ecologismo real, de J.M. Mulet – Reseña

En las próximas elecciones puedes fijarte en cuales son las propuestas de los diferentes
partidos en cuestiones de transporte de mercancías o de transporte público, ya que
eso será mucho más relevante para el medio ambiente que las propuestas específicas de
medio ambiente, que siempre suelen acabar en prohibir pesticidas y transgénicos, fomentar
la agricultura ecológica y el turismo rural y cerrar las nucleares, nada de lo cual tendrá
un impacto relevante o incluso puede ser contraproducente.

Ecologismo real, J.M. Mulet

 

¿Qué es el ecologismo real? ¿Es estar en contra de las centrales nucleares? ¿En contra de los transgénicos? ¿Montar huertos urbanos en las ciudades? De estas y otras cuestiones nos habla J.M. Mulet en su nuevo libro, editado por Destino y que —me atrevo a decir— es la mejor obra del divulgador hasta el momento. Y no porque esté bien escrita, sea interesante y ofrezca puntos de vista basados en datos que se leen de forma amena y rápida —Mulet lleva siendo un buen comunicador muchos años y es difícil que no hubiera sido así—, sino por las implicaciones prácticas del libro, que está enfocado en estrategias win-win en las cuales gana el planeta y el consumidor. Y es que, al fin y al cabo, el ecologismo de verdad no es comprar frutas ecológicas, que son el doble de caras y tienen mayor impacto ambiental que las manzanas normales, sino aprender qué significa el consumo de proximidad para el bolsillo y el planeta, aprender a reducir la huella hídrica o en no consumir más de lo necesario. Estamos, sin lugar a dudas, ante un libro que ofrece el enfoque adecuado para que el lector entienda qué puede hacer por salvar el planeta, dejando de lado las posiciones políticas que tienen más de marketing que de realidad.

A lo largo del libro Mulet nos habla de alimentación sostenible, de transporte, de reducir las emisiones de CO2 en los hogares, de cómo elegir electrodomésticos más eficientes, de reciclar correctamente, de eficiencia energética, de marketing ecológico versus ecologismo de verdad y de políticas medioambientales. También aprenderemos si los sellos que indican que algo es verde o ecológico realmente significan algo, y veremos con ejemplos reales que las cadenas de consumo actual son delicadas y que a veces algo parece buena idea cuando, en realidad, no lo es. Pongamos un ejemplo de los muchos que hay en el libro.

Recientemente se han hecho muy populares los intentos de boicot al aceite de palma. ¿El motivo? Que para el cultivo de la palma de la cual se extrae el aceite se deforestan grandes cantidades de tierra, lo cual destruye el habitad de los orangutanes —entre otras miles de especies—. Ahora bien, es poco conocido que el aceite de palma supone el 35% del aceite que se consume a nivel internacional, pero solo ocupa el 10% del suelo que se dedica a cultivar aceite. Así pues, se obtienen entre cuatro y diez veces más litros de aceite por hectárea con este cultivo que con sus competidores directos, el aceite de colza y de soja, que además requieren de usar más fertilizantes y pesticidas y su cultivo ocurre, principalmente, en la amazonia brasileña. Así que, en el hipotético caso de que prohibiéramos de la noche a la mañana el aceite de palma gracias a las campañas mediáticas que se anuncian como ecológicas, esto tendría como efecto multiplicar el daño producido en el Amazonas. Así que, si lo que uno quiere es limpiarse la conciencia puede estar a favor de prohibir el aceite de palma y ver vídeos de orangutanes felices en Youtube, o si de verdad quiere cambiar las cosas puede preocuparse de que los productos que consume tengan aceite que haya sido producido de forma respetuosa con el medio ambiente, independientemente de que este sea de palma, de colza o de soja. Y es que, en algo tan complejo como la ecología, las políticas agrarias o el mercado de materias primas, improvisar puede salir muy caro.

Este es uno de los muchos ejemplos que el lector encontrará en el libro y que le ayudarán a ser conscientes de qué parte de lo que hacemos por el medio ambiente ayuda, y qué partes debemos modificar, o al menos pensar tranquilamente y con los datos en la mano. A lo largo del libro aprenderemos si los sistemas de retorno de botellas son más ecológicos que el reciclado estándar, de si el ecoturismo es ecológico y ayuda realmente a luchar contra la despoblación, si es mejor vivir en el campo que en la ciudad, de si es más ecológico cambiar el coche por uno que emita menos CO2 o alargar la vida del que ya tenemos. Y así un largo etcétera.

Para concluir, estamos frente a un libro imprescindible y que no puede faltar en la estantería de todo aquel que desee conocer mejor qué puede hacer por ayudar a reducir su impacto ecológico, de forma realista y sin que suponga un gran cambio en nuestras vidas. Algo así como una gran revolución de las pequeñas cosas. Y, en esto, Mulet da un gran ejemplo de cómo hacer un libro de divulgación útil y para todos los públicos.

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