Los negros no saben escribir. Es más, por lo general no sirven para nada. O al menos eso es lo que deben de pensar en la Svenska Akademien (llamada en español Academia Sueca), que es la encargada de proponer a los candidatos al Nobel de Literatura, aunque también pueden hacerlo algunas sociedades literarias, otros ganadores del premio y los presidentes de organizaciones de escritores —por ejemplo, desde España han propuesto candidatos alguna vez la SGAE, la Fundación Cervantes y la Universidad de Salamanca—. Luego los miembros de la Academia Sueca votan, y si uno de los propuestos alcanza una mayoría de menciones favorables, entonces ese es el nuevo galardonado con el Nobel de Literatura. Y ahora, antes de seguir, me gustaría mostrar unos datos interesantes.
País | Ganadores del Nobel de Literatura | % |
---|---|---|
Francia | 15 | 13,3 |
Estados Unidos | 12 | 10,24 |
Alemania | 10 | 9,74 |
Reino Unido | 8 | 7,08 |
Suecia | 7 | 6,2 |
España | 6 | 5,31 |
Italia | 5 | 4,43 |
Unión Soviética | 5 | 4,43 |
Irlanda | 4 | 3,54 |
Polonia | 4 | 3,54 |
Dinamarca | 3 | 2,66 |
Noruega | 3 | 2,66 |
Chile | 2 | 1,77 |
Grecia | 2 | 1,77 |
Japón | 2 | 1,77 |
Sudáfrica | 2 | 1,77 |
Suiza | 2 | 1,77 |
Australia | 1 | 0,89 |
Austria | 1 | 0,89 |
Bélgica | 1 | 0,89 |
Bielorrusia | 1 | 0,89 |
Canadá | 1 | 0,89 |
Checoslovaquia | 1 | 0,89 |
China | 1 | 0,89 |
Colombia | 1 | 0,89 |
Egipto | 1 | 0,89 |
Finlandia | 1 | 0,89 |
Guatemala | 1 | 0,89 |
Hungría | 1 | 0,89 |
India | 1 | 0,89 |
Islandia | 1 | 0,89 |
Israel | 1 | 0,89 |
México | 1 | 0,89 |
Nigeria | 1 | 0,89 |
Perú | 1 | 0,89 |
Portugal | 1 | 0,89 |
Rumania | 1 | 0,89 |
Santa Lucía | 1 | 0,89 |
Turquía | 1 | 0,89 |
Yugoslavia | 1 | 0,89 |
Si analizamos los datos, nos daremos cuenta de que hay algunos países con una gran cantidad de laureados, pero otros con escasa representación. Y si lo extendemos a los idiomas de trabajo de los ganadores nos llevamos una sorpresa adicional: el inglés representa el 24,78%, el francés el 13,78%, el alemán el 10,62%, el español el 9,6% y el sueco el 6,19%. El resto de idiomas del planeta representan el 35,32%, y algunos casos como el del chino (0,89% de ganadores y el primer idioma más hablado del mundo), el árabe (0,89% de ganadores y el quinto idioma más hablado del mundo) o el hindi (sin representación y el cuarto idioma más hablado del mundo) llaman poderosamente la atención.
Siguiendo con el análisis, si nos fijamos en el perfil racial de los ganadores, a pesar de que hay algunos en África, la mayoría son blancos de ascendencia europea. De hecho, solo hay dos laureados negros: la norteamericana Toni Morrison y el nigeriano Wole Soyinka (tres si contamos al mestizo brasileño Derek Walcott). Los asiáticos tampoco lo han tenido fácil y solo cuatro han logrado ganar el Nobel, y de los hindúes mejor no hablamos, ya que solo uno lo ha conseguido: hizo falta alguien de la talla del bengalí Rabindranath Tagore.
Otro detalle significativo podría ser el sexo, ya que solo el 12,39% de los ganadores han sido mujeres. Y si nos fijamos en otras cuestiones, como por ejemplo el género literario, la sorpresa es aún mayor: destaca la ausencia de un solo autor que desarrollara en profundidad géneros tan importantes como la fantasía o la ciencia ficción. De hecho, la única persona que he podido localizar entre los galardonados con algunas pocas obras relevantes en esa dirección es Doris Lessing, y de hecho ese factor fue muy criticado por los académicos a la hora de otorgarle el Nobel. Otros muchos de la talla de Jorge Luis Borges se quedaron a las puertas de conseguirlo por motivos políticos [1].
De todos estos datos podemos extraer algunas ideas: o bien los negros, los chinos y los hindúes no saben escribir bien y no se hace literatura relevante en idiomas como el chino o el hindi, o bien los Premios Nobel de Literatura están tremendamente sesgados hacia una visión blanca, occidental y masculina. Personalmente, me hace sospechar que el sueco (idioma nativo de la academia que otorga el premio y 89º en el podio de idiomas por número de hablantes) gane por goleada al lenguaje más hablado del planeta. Así que si estás leyendo esto y eres una mujer china, que escribe en chino y que además se mueve dentro del género de la ciencia ficción, ya puedes ir despidiéndote del Nobel. Y si ya eres negra mejor ni hablamos del asunto. De hecho, un cantante de folk norteamericano tendría más posibilidades de ganar el Nobel de literatura que tú, y si no que se lo pregunten a Bob Dylan. Incluso creo que Justin Bieber podría tener más papeletas que tú, así que mejor dedícate a otra cosa o comienza a aprender sueco.
Esto no supondría un problema si los Premios Nobel tuvieran un corte diferente, pero en su misma esencia se definen como internacionales y destinados a personas que han realizado contribuciones notables en la química, la física, la literatura, la paz y la medicina. Otro caso sería, por ejemplo, que quisieran definirse como lo hacen los Premios Príncipe de Asturias, es decir, de corte internacional pero con especial atención al país de origen de los premios. Ahora bien, puede que te estés preguntando si esto solo ocurre con los premios de literatura, ¿es así con el resto de disciplinas?
Esta es una pregunta difícil pues el potencial investigador de cada país es muy diverso, y del mismo modo que no es tan descabellado suponer que la literatura se puede desarrollar en prácticamente cualquier lugar del mundo y de manera casi paritaria entre hombres y mujeres, la realidad es que si hablamos de ciencia no es el mismo caso. Por ejemplo, Estados Unidos es el país con más laureados con mucha diferencia, pero no me atrevería a decir que hay un sesgo pues creo que los méritos científicos, en su caso, son justos y merecidos. Ahora bien, si queremos encontrar desviaciones en los objetivos principales de los Premios Nobel de áreas científicas, podemos intentar encontrar casos concretos.
Los científicos que nunca estuvieron ahí
Siempre hay discusiones acerca de quién merecía el Premio Nobel y nunca lo recibió, pero la cuestión es un poco más objetiva si intentamos analizar dos tipos de casos: personas que fueron laureadas por investigaciones que no realizaron, o investigaciones que fueron laureadas dejando fuera del galardón a científicos que contribuyeron en igual medida que los galardonados. Aquí va un extenso recopilatorio.
Si viajamos a tiempos recientes, por ejemplo al año 2008, veremos que el Nobel de Química fue otorgado a Osamu Shimomura, Roger Y. Tsien y Martin Chalfie por su trabajo acerca de la proteína verde fluorescente. Aunque parezca mentira, esa proteína (que como su nombre indica es fluorescente) ha hecho avanzar la investigación biomédica, ya que se usa para marcar muchos tejidos en experimentos biológicos y su descubrimiento fue toda una revolución en su campo. Sin embargo, Douglas Prasher fue el primero que clonó el gen de esa proteína y sugirió su uso como un marcador biológico. Los logros de Prasher no se reconocieron por las instituciones y tuvo que abandonar la carrera científica. De hecho, cuando las investigaciones que él inició fueron merecedoras del Nobel, se encontraba trabajando como conductor de autobuses. Después de que Roger Y. Tsien ganara el premio y se enterara de la tremenda injusticia cometida hacia Prasher, lo contrató para que pudiera seguir trabajando en la ciencia. [2]
Ahora bien, si esta historia es triste, el otro caso ocurrido en 2008 es mucho más oscuro. El Premio Nobel de Medicina fue otorgado a tres científicos, uno de ellos Harald zur Hausen, en concreto por su descubrimiento del virus del papiloma humano. El problema surgió cuando la unidad de lucha contra la corrupción de la policía sueca investigó los cargos de influencia indebida por la empresa farmacéutica AstraZeneca, que tenía una participación financiera en dos vacunas contra el virus en cuestión. La compañía además patrocinaba los Premios Nobel por varias vías y además tenía fuertes vínculos con dos figuras de alto nivel que intervinieron en el proceso que eligió a Harald. [3] Los otros dos ganadores fueron Luc Montagnier y Françoise Barré-Sinoussi por el descubrimiento del virus del sida, pero dejaron fuera a Robert Gallo, otro de los descubridores del virus.
En 1993, el Premio Nobel de Medicina fue a parar a Phillip Allen Sharp y Richard J. Roberts por sus descubrimientos en el área de los intrones en el ADN eucariótico y el mecanismo de ensamblado de genes. En cambio el científico chino Louise T. Chow quedó fuera, dato curioso ya que colaboró con Roberts y llevó a cabo los estudios que condujeron al descubrimiento del mecanismo de corte y empalmado del ARN.
Podríamos seguir así durante varias décadas más, pero solo quiero añadir dos casos adicionales por su importancia histórica: si vamos algunos años atrás, en concreto a 1961, nos encontramos con que Melvin Calvin gano el Premio Nobel de fisiología por el descubrimiento del ciclo de Calvin-Benson-Bassham (CBB). Si te estás preguntando si Andrew Benson y James Bassham también lo recibieron, no fue el caso. Por otro lado, en 1952 el Premio Nobel de Medicina fue otorgado a Selman Waksman por el descubrimiento de la estreptomicina, el primer antibiótico eficaz contra la tuberculosis. Ahora bien, en realidad quien descubrió el antibiótico fue Albert Schatz, su becario.
La mujer en la ciencia
Después de estos ejemplos podemos llegar a una conclusión: los Premios Nobel, como es de esperar, no son perfectos. A lo largo de su historia diversos intereses han nublado su juicio, y además hay sesgos intrínsecos a todo premio que consista en valorar la importancia subjetiva de algo. Además, hay algunas cuestiones de difícil respuesta: si existen sesgos, ¿se producen antes o después de llegar a los Premios Nobel? Para explicar esta pregunta recurriré a una imagen.
En esta ilustración vemos resumido un dato: las ganadoras de un Premio Nobel por categorías desde 1901 al 2016. Ahora bien, me he tomado la libertad de meter todos esos datos en un excel [4] y hacer algunos cálculos para nuestra revista. Si echamos un ojo a la gráfica de evolución de laureadas femeninas en todas las categorías de los Nobel, parece ser que sí que hay una tendencia al crecimiento a partir de la década de los setenta del siglo XX, y observamos sin dificultad que hasta esa fecha las mujeres que fueron galardonadas fueron casi anecdóticas.
Gráfica de evolución de laureadas con el Premio Nobel en todas sus categorías
Ahora bien, podemos intentar diferenciar entre las categorías e intentar hilar más fino. Si visionamos los datos para las seis categorías nos daremos cuenta de que hay tres gráficas que sí que tienen una tendencia al crecimiento y otras tres que no la tienen. Analicemos esto de más cerca.
Graficas de tendencias en Premios Nobel de Literatura, Medicina o Fisiología y de la Paz, concedidos a mujeres. Para el galardón del Nobel de la Paz hay que tener en cuenta que pueden ser entregados a instituciones, las cuales carecen de género.
El crecimiento en esas tres categorías explican la tendencia al crecimiento de la gráfica global de lauredas al Premio Nobel, pero llaman la atención las gráficas de laureadas en Física, en Química y en Economía, ya que no presentan ninguna tendencia identificable y parten de un punto de desigualdad total: el Nobel de Física lleva sin ser concedido a una mujer desde hace más de cincuenta años, el de Economía solo ha sido otorgado a una mujer una vez en su historia y el de Química suele ser otorgado cada 25 años a una mujer.
Gráficas de tendencias en la concesión a mujeres del Premio Nobel de Química, Física y Economía. Hay que tener en cuenta que el Premio Nobel de Economía no comenzó a entregarse hasta el año 1969
Viendo esta gráficas podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que en los Premios Nobel hay diferencias en cuanto al género de los laureados y las categorías donde es más posible que sean galardonadas. Ahora bien, puede que te estés haciendo dos preguntas: ¿por qué se considera positivo que haya tendencia al crecimiento en las laureadas femeninas? Y por otro lado, ¿cual es la proporción de mujeres laureadas frente al de hombres? Para responder a la primera pregunta tendré que responder antes a la segunda, y para ello he creado la siguiente tabla. He elegido los datos totales de mujeres laureadas con el Premio Nobel y los he comparado con los datos de los últimos veinte años para ver si han aumentado.
Si analizamos los datos, vemos que en los últimos veinte años menos mujeres han ganado el Premio Nobel de Química y el de Física que en los últimos 100, y en Economía la situación ha aumentado ligeramente. Tal cual sospechábamos por las gráficas de tendencias, tanto en el de la Paz, Medicina o Fisiología y Literatura, la cosa sí que ha cambiado de manera considerable. Podemos llegar a la conclusión acertada de que en la mitad de las categorías las mujeres están estancadas o en retroceso, y en la otra mitad están en crecimiento, y que por ese efecto parece que la tendencia general es al crecimiento. Ahora bien, ¿por qué deberíamos considerar como algo positivo el aumento de mujeres galardonadas? La respuesta depende de muchos factores.
En primer lugar, ¿se corresponde el número de laureadas al del número de personas en el sector? Ese es un dato relevante pero de difícil respuesta en muchos casos, por ejemplo en el del Nobel de la Paz, que no va dirigido a un sector concreto. Por otro lado, Daniel Escandell (fundador de la revista Caracteres) hizo un estudio sobre blogs y literatura, y determinó que en el año 2011 el porcentaje de hombres escritores hispanohablantes era de 72,4% frente a un 27,6% de mujeres [5]. Si hay menos mujeres dedicándose a la literatura bien es posible que haya sesgos sociales e injusticias en la estrucctura laboral, pero también es cierto que en ese caso el sesgo no se produciría en los Premios Nobel, ya que la mujer estaría menos presente en el grupo de candidatos sobre el cual elegir al ganador. Ahora bien, la cantidad de mujeres dedicándose a la literatura en los últimos veinte años es difícil de saber, y dependerá mucho de cada país y del idioma que se hable allí. Por lo tanto, los casos del Nobel de Literatura y el de la Paz son difíciles de analizar.
Por otro lado, si vamos al resto de categorías la cosa es un poco más sencilla. ¿Cuantas mujeres hay dedicándose profesionalmente a la ciencia desde los últimos veinte años? A priori yo sospecharía fuertemente de que es más del 0% en física, del 2,63% en economía y del 2,04% en química. Pero para seguir hablando de esto quiero poner un ejemplo que ocurre en España.
Gráfica donde podemos comparar la cantidad de hombres y mujeres para personal en formación predoctoral, personal el formación postdoctoral (Post-Doc), investigadores del programa Ramón y Cajal (RYC), Científicos Titulares (CT), Investigador Contratado (IC) y Personal Investigador (PI).
Si observamos la siguiente gráfica vemos que actualmente más mujeres que hombres comienzan su carrera científica en España, pero conforme va avanzando la gráfica el número de mujeres va decayendo y se invierte con la de hombres. Esto puede ser por varios motivos: que antes hubiera menos mujeres que hombres estudiando carreras científicas, cosa que es cierta, y que además las mujeres tengan más problemas para conciliar su vida laboral científica con su vida personal y tengan que dejarla a mitad (como ocurre por ejemplo con el tema de la maternidad), cosa que también es cierta. Ahora bien, siendo conscientes de que hay menos mujeres en altos cargos de investigación científica que hombres debido a injusticias en el sistema, ¿se corresponden las cifras de laureados de los últimos veinte años con las tendencias demográficas? Veamos cuántas mujeres trabajaban en ciencia en diferentes países en el año 1997, según la UNESCO y en orden decreciente [6].
Vemos que nos encontramos de todo, aunque también es cierto que no tenemos datos para una de las potencias científicas más importantes del mundo, los Estados Unidos de América. No obstante, esta tabla sí que nos permite vislumbrar que si bien es verdad que hay una desproporción en los sexos de los investigadores en algunos países, también es cierto que las cifras no son tan catastróficas como para justificar que cada vez haya menos galardonados en algunos Premios Nobel como el de Química o el de Física, donde presumiblemente y a la luz de los datos, hay más mujeres trabajando en instituciones científicas de primer nivel de lo que podríamos pensar viendo los datos de galardonados por el Premio Nobel.
Algunas conclusiones
Podríamos repetir el ejercicio anterior para el tema con el cual iniciamos este artículo: la discriminación racial. No obstante creo que ya se han mostrado suficientes datos para concluir que si bien es cierto que existen trabas para algunos colectivos a la hora de acceder a carreras acedémicas de prestigio, también es cierto que reciben menos reconocimiento públicos. Aunque sobre el tema de las dificultades para mujeres y negros ya se encargó de hablar Neil deGrasse Tyson en la conferencia que dejo a continuación.
Sobre todos los datos que hemos planteado, mi conclusión personal es que sí que existen limitaciones a la hora de reconocer el papel de otras culturas, sociedades y sexos en el progreso científico y humanístico. Los Premios Nobel, como símbolo más alto de ese reconocimiento social, no son una excepción. En primer lugar hay algunos premios de más difícil análisis, como el de la Paz, pero para algunos como el de Literatura creo no equivocarme al decir que hay un sesgo tremendo hacia una visión blanca y occidental, con datos alarmantes como la sobredimensión del colectivo de escritores suecos y la infravaloración de culturas literarias tan ricas y diversas como la china, la africana y la hindú. Además hay géneros considerados de segunda categoría tan ricos y llenos de belleza estética como la ciencia ficción o la fantasía.
Sobre el resto de galardones, excepto en el área médica, los Premios Nobel pecan de una visión masculina, sin atreverme a decir nada sobre el país de los galardonados, pues la ciencia es algo que solo florece allá donde la inversión estatal y la concienciación social lo permiten. Eso sí, al analizar los datos de mujeres galardonadas hay muchos claros y oscuros de difícil análisis, pero con tendencias obvias hacia el sesgo de género, ya que las cifras demográficas, a pesar de que reflejan discriminación e injusticia, no acompañan a las cifras de galardonados, que aumentan aún más esa brecha.
Otros intereses poco claros han acompañado a los Premios Nobel, sin quitar mérito a la gran mayoría de sus galardonados. Ahora bien, como conclusión final de este artículo solo me queda dejar clara una cuestión: los Premios Nobel, como símbolo del reconocimiento social a personas e instituciones, tienen que solventar muchos problemas si quieren conservar ese valor de reconocimiento mundial que representan desde hace más de un siglo. En caso contrario corren el riesgo de corromper su propio significado, y encima colaborar en la perpetuación de un sistema que actualmente discrimina a todos los niveles a las personas por su raza, sexo y origen cultural.
Referencias:
[3] AstraZeneca
[4] Excel de datos
[5] Blogs y literatura: mujeres
Fernando Cervera Rodríguez has a degree in Biological Sciences from the University of Valencia, where he also completed a master’s degree in Molecular Approaches in Health Sciences. His research work has focused on aspects related to molecular biology and human health. He has written content for various platforms and is an editor for Plaza Magazine and Muy Interesante. He has been a finalist for the Boehringer national award for health journalism and winner of the Literary Award for Scientific Dissemination of the Ciutat de Benicarló in 2022. He has also published a book with the Laetoli publishing house, which deals with skepticism, biomedical scams and pseudoscience in general. The book is entitled “The art of selling shit”, and another with the Círculo Rojo publishing house and entitled “In favor of animal experimentation”. In addition, he is a founding member of the Association to Protect the Patient from Pseudoscientific Therapies.