Texto escrito por Julián Chaves
El pasado día 3 de octubre las fuertes tormentas se cebaron con la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, en el sudeste de Francia. Una serie de sistemas convectivos a mesoescala (SCM en la literatura meteorológica) penetraron por la zona oeste de la región, en las proximidades del río Ródano, y se desplazaron hacia el este para descargar con mucha más violencia sobre el departamento de Alpes-Marítimes, donde se encuentran las ciudades de Niza y Cannes. Esta zona fue la más castigada, con un balance total de 17 muertos y cuantiosos daños materiales. Antes de pasar a explicar los porqués de está situación, solo decir que los Alpes marítimos franceses y la Costa Azul constituyen un lugar maravilloso, una región de la que guardo muy buen recuerdo tras una estancia con una familia de la zona hace ya bastantes años.
Marco climatológico
La situación en sí misma no es nada extraña. Este tipo de eventos suele suceder con cierta frecuencia en la zona mediterránea, especialmente desde los meses de septiembre a noviembre, debido fundamentalmente a que el Mar Mediterráneo se encuentra todavía bastante caliente y es capaz por tanto de elevar la temperatura de las masas de aire que circulan sobre él, de esta manera, se conforman masas poco densas que se elevan fácilmente por convección. Por otro lado la distribución de las presiones tiene que empujar aire húmedo desde el mar hacia el interior, chocando habitualmente con el abrupto relieve de la costa mediterránea, el cual obliga a dichas masas a ascender y condensarse con rapidez, pudiendo formar cumulonimbos de gran altura (10-12 kilómetros). Por último, en este tipo de situaciones aparece una bolsa de aire frío en altura que se ha desgajado de la corriente en chorro que circula de oeste a este sobre una elevación comprendida entre 5000 y 9000 metros aproximadamente. Este último elemento será el mecanismo de disparo para que se den esos vientos marítimos y se puedan formar las grandes nubes tormentosas, y constituye lo que coloquialmente se entiende por «gota fría», término por cierto que los meteorólogos tratan de desterrar por carecer de sentido físico, pretendiendo sustituirlo por otro más técnico que responde a las siglas de DANA (depresión aislada en niveles altos) y que acorde a lo explicado podéis ver que define perfectamente al fenómeno. Para apuntalar la definición de este término, solo decir que se trata de una borrasca en altura cuya temperatura disminuye desde el exterior hacia el interior. La definición no tiene en cuenta el tiempo atmosférico asociado, puede formarse en cualquier época del año y son de rápida formación, siendo bastante complicada su predicción.
Situación meteorológica del día 3 de octubre de 2015
Los vientos soplaban de sur y sureste, inducidos por unas bajas presiones relativas sobre la costa catalana y una masa de aire frío en altura que avanzaba desde el norte de la Península Ibérica, tal y como se muestra en estos mapas de superficie y a 500 hectopascales (unos 5000 metros).
El resultado de esta configuración, según los datos aportados por el servicio meteorológico francés (http://www.meteociel.fr/), son bastante significativos, recogiéndose 196 litros por metro cuadrado en Cannes (174 de ellos en tan solo dos horas), 178 litros en Mandelieu y 128 litros en Antibes, situados todos ellos en el departamento de Alpes marítimos. Estos tres son los más elevados de la jornada , pero muchos otros municipios recibieron precipitaciones entorno a los 100 litros por metro cuadrado, extendiéndose a otros departamentos como los de Var y Vaucluse.
Descripción geográfica del departamento de Alpes marítimos
Este departamento tiene una superficie de 4200 kilómetros cuadrados, algo inferior a la región española de La Rioja, y en el viven un total de 1.083.268 habitantes, de los cuales 1.000.275 viven en Niza y el resto del área costera (donde se sitúan Cannes, Antibes y Mandelieu, los lugares donde más llovió). Aparte de la masificación de las zonas costeras, lo que más destaca de la geografía de esta zona es lo abrupto de su territorio, y es que a solo 10 kilómetros de la cosa podemos encontrar altitudes de 800-1000 metros, y a tan solo 50 tenemos picos que superan los 3000 metros (al menos cuatro picos lo hacen) y muchos otros se quedan cerca. Como curiosidad, dentro de este departamento podemos encontrar hasta quince estaciones de esquí, a menos de una hora de la costa mediterránea. Esta circunstancia añade un peligro extra cuando se dan fuertes precipitaciones, y es que con unas cuencas hidrográficas tan cortas y tan abruptas, el tiempo en el que toda la precipitación pasa por un mismo punto de desagüe (técnicamente diríamos tiempo de concentración de la cuenca) es muy pequeño. Así pues el cóctel puede ser explosivo, grandes caudales, bajando a grandes velocidades, sin dejar tiempo para la reacción y fluyendo sobre una zona altamente urbanizada y que por lo tanto convierte toda precipitación en escorrentía, sin absorber ni una gota.
La historia se repite.
El peligro de lluvias torrenciales y fuertes avenidas es muy evidente en esta zona, pero ante esta circunstancia lo único que se ha hecho es obviar tal peligro y asumir un enorme riesgo de catástrofe urbanizando la zona costera «como si no hubiera un mañana». Ahora quizás lo fácil sea echar la culpa a los servicios meteorológicos que subestimaron la intensidad de las lluvias, o al cambio climático, pero lo evidente es que tanto aquí como en muchos otros lugares del globo se tiende a pensar en que nunca pasará nada y así es como acabamos habitando y utilizando zonas que nunca deberíamos, cometemos imprudencias (muchos de los muertos lo fueron por ir a sacar el coche del garaje) y asumimos riesgos absurdos que suelen pagarse muy caro. Y es que el agua siempre acaba sacando sus escrituras de propiedad.
«Solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena«. Refrán castellano que pone de manifiesto la simple pero implacable sabiduría popular.
https://www.youtube.com/watch?v=cduZoioXuW8
https://www.youtube.com/watch?v=NGwx2gRbtvg
Fuentes:
http://lagotafria.blogspot.com.es/
Julián Chaves Naharro. Licenciado en Ciencias Ambientales en la Universidad de Valencia, Máster en Ingeniería hidráulica y medio ambiente por la Universidad Politécnica de Valencia y especializado en la gestión, restauración y conservación de cuencas hidrográficas, donde realizó una tesina sobre el cálculo de emisiones de gases de efecto invernadero en incendios forestales. Comenzó su actividad divulgadora con su blog personal “El Ambientoblog”. Deportista, agricultor, divulgador, montaña en vena, muy energético, algo subversivo y ciudadano del mundo.