Hoy toca el turno de reseña literaria, pero esta vez sobre un libro de divulgación científica. En este caso se trata de La lógica de los monstruos, de Ricard Solé, científico catalán que se mueve en los terrenos de los sistemas complejos. Antes de comentar el propio libro, me gustaría decir que Ricard Solé tiene doble titulación en biología y física, además de ser doctor en físicas por la Universidad Politécnica de Barcelona. Esta unión de conocimiento le ha hecho capaz de abordar temas tan interesantes como el origen de la vida o el estudio de redes en biología. De hecho, su libro titulado Redes complejas es una magnífica introducción para el asunto de las mismas, con explicaciones muy claras y concisas sobre el tema que cualquier persona puede entender.
Una vez hechas las presentaciones, entremos al trapo. Este libro que tenemos en mano es bastante diferente al que os he comentado arriba sobre redes y complejidad. En La lógica de los monstruos, Solé intenta abordar un tema bastante más complicado: los límites de la naturaleza. Porque consideremos el siguiente tipo de preguntas, ¿puede la biología variar sin fin para dar cualquier forma que nos podamos imaginar? ¿por qué no lo vemos? ¿por qué el universo que percibimos tiene tres dimensiones espaciales y una temporal? Estas cuestiones parecen no tener una contestación a priori, pero la ciencia ha avanzado bastante en los últimos años para darles una respuesta al menos aproximada. Y eso es lo que intenta el autor en este libro. De la mano de su buen conocimiento histórico y científico, Ricard Solé va relatando poco a poco lo que la ciencia sabe de por qué el universo es tal y como lo conocemos, y la verdad es que a veces las respuesta son sorprendentes.
El libro tiene una clara progresión desde lo pequeño hasta lo más grande. Comienza desde los simples bits de información de la máquina de Turing, pasando por la biología molecular, la evolución, la mente humana y su capacidad de comunicación, sociedades, hasta llegar al propio universo. En todos los capítulos se parte de una introducción que plantea cuestiones, que poco a poco va desarrollando y uniendo hábilmente. Siempre hay un ejemplo que sorprende, e incluso a mí, criado en las ciencias de la vida, ha habido por ahí un par de casos especiales que me he apuntado para perseguir y desarrollar en próximas entradas. También he de decir que precisamente por eso, por mis estudios en ciencias biológicas, los primeros capítulos se me hicieron algo lentos y pesados en ocasiones, recordando por enésima vez la estructura del agua, la del ADN y demás. Pero esto es algo totalmente personal, y a quien no sepa de biología le vendrá de fábula para comprender todo lo que viene después. Al fin y al cabo tampoco es tanto lo que hay que leer.
De todas formas, ningún libro es perfecto y en este particular encuentro algunos detalles que me gustaría criticar. Lo primero de todo es que, quizás por la complejidad del tema del libro, a veces parece divagar sin rumbo fijo por argumentos e ideas propias. Esos momentos están bien cuando están bien delimitados, pero unas pocas veces he notado cómo la unión de conceptos no es lo fuerte que es en otras partes del libro. Además, hay ciertos momentos en los que se suelta algún comentario de corte político que no casa muy bien con el estilo del libro. Independientemente de la opinión que cada uno tenga en esos sentidos, en un libro de divulgación científica creo que no es el lugar más adecuado para hacer comentarios de ese estilo a no ser que trate específicamente de algún tema relacionado. Y aun así, casi tampoco.
De todas formas el libro es altamente recomendable. Es divulgación científica pero con un objetivo más ambicioso que otros tantos que te puedes encontrar en las estanterías. La labor de Ricard Solé por aunar información tan variada sale muy bien y queda un libro que hará cuestionarse a más de uno la naturaleza propia de la que estamos hechos, y no será mal resultado si al final de todo acabas con más preguntas de las que empezaste, ya que al fin y al cabo el avance y la ciencia se nutren de preguntas interesantes por responder.
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Daniel Martínez Martínez (@dan_martimarti) es licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad de Valencia, donde también realizó el máster Biología molecular, celular y genética. Realizó su doctorado a caballo entre el FISABIO (Fundación para el fomento de la investigación Sanitaria y Biomédica) y el IFIC (Instituto de Física Corpuscular). Su labor investigadora está centrada en el estudio de la relación entre la composición funcional y de diversidad de la microbiota humana, y el estado de salud-enfermedad de los individuos. Durante los últimos años ha mantenido una actividad de divulgación científica escrita, además de participar en la organización de eventos como Expociencia. Actualmente trabaja en el Imperial College de Londres.
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