Nunca es lo que parece, es peor

Texto escrito por Julián Chaves

Hace calor, y este mes de Julio se ha empleado a conciencia por estas latitudes dejándonos días y días, e incluso semanas de temperaturas máximas muy elevadas, y de mínimas nocturnas en muchos lugares de la Península totalmente incompatibles con la conciliación del sueño. Estas sucesivas olas de calor han afectado también a gran parte de Europa, haciendo sudar a los habitantes de países como Francia, Reino Unido, Alemania, Holanda y Bélgica, gentes todas ellas mucho menos acostumbradas a estos soles justicieros. Por cierto en ciudades como Maastricht se alcanzaron los 38.2 grados, la temperatura más alta jamás registrada en Holanda, y con 38,9, se batió en Ginebra el récord suizo de las máximas, pero todavía lejos de los cuarenta y pico grados que se han alcanzado en amplias zonas del centro y del sur penínsular estos días, a esto no hay quién nos gane.

Temperaturas máximas registradas del 5 al 11 de Julio en Europa
Temperaturas máximas registradas del 5 al 11 de Julio en Europa

Bien, aunque a la vista de este mapa parezca que el infierno se cierne sobres nuestras cabezas nuestro planeta posee una increíble capacidad de autoregulación, y si bien aquí en Europa las temperaturas están siendo especialmente elevadas, en otros lugares el verano está siendo especialmente fresco.

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Anomalías en la temperatura de las superficie terrestre entre los días 4 y 11 de Julio, comparadas con las medias de esos mismos días en el período 2001-2010. Fte: NASA

 

Pero a veces, estas altas temperaturas no son lo que parecen, son mucho peor, y lo pueden ser por el efecto de la humedad, una vieja conocida de las zonas costeras donde la influencia del mar regula el ascenso de las temperaturas impidiendo que se llegue a los valores de locura que se pueden dar en zonas interiores, pero que sin embargo induce una sensación de bochorno y ahogo que provoca que en realidad sintamos esas mismas temperaturas extremas que se dan en zonas alejadas, donde el calor es seco y plomizo, sin engaños.

Mecanismos de transferencia de calor .www.magazinealtura.com

Uno de los mecanismos mediante el cual liberamos calor es a través de la evaporación del sudor, un mecanismo bastante efectivo debido al elevado calor específico del agua (esto quiere decir que hay que aplicarle mucha cantidad de calor para elevar un grado su temperatura)  y que consiste básicamente en transferir el calor contenido en nuestra piel hacia el sudor, con el fin de evaporarlo y enfriando en consecuencia nuestra piel y nuestro organismo. El problema de este fabuloso mecanismo radica en que si tenemos en el aire circundante una elevada humedad relativa, es decir que a una masa de aire le cabe muy poco vapor de agua por estar próximo a su saturación, el sudor no podrá evaporarse, no nos refrigeraremos convenientemente y comenzaremos a sentir esa incómoda sensación de bochorno y pesadez. La cosa podría mejorar si hiciera algo de viento, factor que ayuda a renovar la masa de aire y facilita por tanto el intercambio desde el sudor hacia el aire, y que por tanto favorece a nuestra refrigeración, pero si la temperatura es mayor que la temperatura de la piel, unos 32 o 33 grados, la sensación de calor será mayor y no menor como cabría esperar .

Ahora lo importante es saber exactamente cual es la temperatura que siente nuestro cuerpo a partir de las condiciones que se den, y para ello se suele utilizar un índice conocido como «heat index» o «humidex» (ojo, por que hay una variante canadiense en la cual no entraré), y que consiste en el cálculo de la sensación térmica, enfocada al calor, basándose en la temperatura del aire y la humedad relativa, siempre y cuando se den temperaturas mayores a 27 grados y una humedad relativa por encima del 40%. Y así es como se obtiene la siguiente tabla, la cual os puede ser de gran ayuda para interpretar mejor lo que dicen los simpáticos y simpáticas que ofrecen los espacios meteorológicos de los informativos, o simplemente saber con mayor conocimiento de causa si mañana será un día infernal o muy infernal.

Heat index. NOAA
Heat index. NOAA

 

A esta tabla le tendréis que añadir o restar el efecto del viento según el caso:

Efecto del viento sobre la sensación térmica
Efecto del viento sobre la sensación térmica. www.tutiempo,net

 

Y para terminar os voy a mostrar dos capturas realizadas el pasado jueves, para que podáis observar la diferencia de temperaturas reales y sensaciones térmicas que se pueden dar un día normal de verano, y también las diferencias existentes entre las zonas de costa y las de interior.

Temperaturas a 2 metros del suelo
Temperaturas a 2 metros del suelo. www.meteociel,fr
Sensación térmica basada en la temperatura a 2 metros y a la humedad relativa
Sensación térmica basada en la temperatura a 2 metros y a la humedad relativa. www.meteociel.fr

Se aprecia como en las zonas del interior, la sensación térmica coincide prácticamente con la temperatura del aire, siendo estas especialmente elevadas en la zona de La Mancha  y Valle del Ebro, correspondiendo a las zonas de sierra esas temperaturas interiores más bajas. Sin embargo vemos que en las zonas de costa, es muy marcada la diferencia entre la sensación y la temperatura real, sintiéndose en muchos lugares incrementos del orden de 5 a 10 grados.

Y dicho esto, solo me queda decir que estés donde estés y hagas lo que hagas no te dejes intimidar por los calores, pues ya tendrás tiempo de quejarte del frío y de la sensación térmica que produce el viento, lo cual es también conocido como «windchill» y que a buen seguro merecerá una entrada en ULÛM. Tiempo al tiempo.

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